𝐖𝐚𝐫 𝐎𝐟 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 • 𝗕𝗿𝗶𝗱𝗴𝗲𝗿𝘁𝗼𝗻

𝐗

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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗

El cobertizo

- War Of Hearts.

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Sí, toda la mañana tuvo presentes esas palabras. "Al final, ya es casi de la familia", ¿a que se refería la duquesa con eso? ¿A que la estimaban tanto que le veían como una persona importante?
Eso alegraba el corazón de Anna, jamás se había sentido aceptada en un grupo ajeno, incluso, a veces se sentía algo distante de su grupo de amigos en París, a pesar de llevarse sumamente bien.
Era bonito que los Bridgerton siempre la consideraran. Su calor familiar era algo reconfortante, incluso el de los más pequeños, inclusive la hermana que no había conocido hasta el día de hoy. Todos eran cálidos, habían sido criados en un hogar lleno de amor.

Al menos los mayores, y los de en medio, pues los menores, no recordaban, y algunos jamás supieron lo que era el calor de un hogar completo.
Lady Danbury le había contado a Anna que el padre había muerto hacía unos diez años, dejando a la familia sola, y a Anthony Bridgerton con un papel tan grande a los diecinueve.
Los hermanos más grandes recordaban a su padre a la perfección, quizás la línea terminaba en Francesca, que era sólo un año menor que Eloise.
Pero los más pequeños, no recordaban absolutamente nada, y en el caso de la última, ella nunca tuvo la oportunidad de conocerlo. Para Hyacinth Bridgerton, su padre había sido su hermano mayor.
Tal vez, la familia de Anna no era tan distinta a la de ellos.

De alguna manera, entendía todo lo que habían pasado, pero a la vez, no lograba comprender... como ellos crecieron en un ambiente sano y gentil, donde todos los hermanos se amaban a pesar de molestarse constantemente.
Anna no sabía porque estaba pensando en eso, tal vez porque necesitaba entender lo cálidos que eran todos los Bridgerton.
Así que, acostada encima de la cama, con sábanas de seda tendidas a lo largo del colchón, aún continuaba dándole vueltas a una simple oración que la duquesa había dicho.

Hasta que escuchó unos toques en la puerta. Rápidamente miró al reloj de péndulo en la esquina de la habitación, eran pasadas la una de la tarde.
Anna se levantó de la cama y caminó hacia la puerta. En el momento que la abrió, se encontró con el rostro jubiloso de la duquesa. Justo estaba pensando en ella, o bueno... en lo que había dicho hacía unas horas.

—Excelencia —. Pronunció Anna, igual, animada de verla. La duquesa le tendió el brazo, esperando a que Anna lo abrazara una vez más. Seguramente, era hora de la dichosa partida de mallo.

—Princesa, podría empezar a llamarme por mi nombre —. Sugirió ella en cuanto la puerta de la habitación se cerró, y Anna abrazó su brazo.

—Siendo así, usted también —. Dijo Anna, sorprendiendo un poco a la duquesa.