Cicatrices

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Sabéis mis queridos lectores o quien decida leer este simple relato lleno de desgracias y maldades. Una vez un hombre, un sabio hombre llamado Confucio, dijo que "el mal no esta en tener faltas si no en no tratar de enmendarlas". Y si, este hombre era muy sabio. Pero nunca pensó, en que si el era la falta, o en este caso, yo. Ese ser, ese monstruo, que ahora sentado en su viejo y roto sillón redacta este relato antes de tomar la decisión mas fácil con la que puede romper todas sus faltas. Y vivir en esa supuesta libertad .Pero lo que me hace pensar, es que, no me importa. No siento nada por lo que quiero hacer, no vuelvo atrás y miro con nostalgia. Simplemente no siento nada aparte de rabia por mi persona, pero no he vuelto a sentir nada diferente he dejado de hacerlo mucho tiempo. Desde que me miro al espejo y simplemente ya no veo al joven. Ni tampoco el viejo que llego cuando se fue el chaval. Simplemente veo una masa deforme, llena de cicatrices. Sin cuerpo, sin respaldo. Un ser sacado del mayor horror cósmico e indescriptible. Con unos rasgos que no son humanos. Unos ojos saltones y deformes. Una cabeza gigantesca. Y un cuerpo que conseguiría provocar vómitos en cualquier persona. Simplemente me he convertido en esto.
Pero como empezó todo, me pregunto mientras escribo este relato. Mientras observo lo que acabara con este monstruo. Como llego la primera cicatriz y la primera deformidad. Y como he llegado aquí. Y bien que aunque nunca quise volver a pensar se con que empezó. Con un error... Como todo lo que ha causado lo que soy ahora, un error mío.
Recuerdo el día en el que accidentalmente conseguí romper a alguien. No era intencionado como imaginareis, simplemente no fue ni el día ni el lugar. Corría el año 84, igual que ya dijo Orwell esa año no tuvo nada bueno. Mi pareja en ese momento Katherine, discutía conmigo acaloradamente. Yo me había equivocado, pero mi , en ese momento orgullo yo , decidía que mi propio error no había sido mío. Simplemente alguien como yo no podía equivocarse así. Pensé, aunque realmente mirando atrás. No lo hacia mucho.
Ese día dije palabras que no debería, ella también pero realmente, ella podía decirlas. Yo simplemente perdí el control. Recuerdo todas las noches que antes de ir a dormir soñé con ese momento. Tras esa fuerte discusión, tuve el cierre ganador. Como llegar a la línea de meta en el ultimo segundo. Solo que esto envez de ganar un premio, gane la perdida de una salud mental.
Cuando volví a casa no me podía haber sentido mejor, pensando que ella estaría en su lugar, que había ganado la discusión. Pero cuanto mas días pasaban, mas dolor causaba aquellas palabras dichas. Me di cuenta que ella no era la persona que debería insultar, que era a mi. Sabia que me había equivocado y me temía lo peor de lo que podía hacer. Porque sabia que ella no estaba bien. Esos días, la primera cicatriz apareció. También notaba como mi cuerpo crecía. Algo ocurría.
Fui a su casa cuando conseguí perdonarme a mi mismo. Pero todo ese perdón desapareció, cuando al llegar y abrirme la puerta, solo encontraba a su madre Beth. Lloraba desconsolada, el rímel formaba ríos y el lloro era totalmente descontrolado. Al solo verla sabia que había pasado. Todo por lo que había luchado y apoyado a Katherine, desapareció. Ella se había suicidado. Sin pensar simplemente me enfade y ataque al creador de eso a mi mismo. Sabia q las personas que se suicidaban lo hacían por mas de una cosa. Pero acaso importaba, fui yo el que había asentado el último golpe.
Las cicatrices y deformidades fueron creciendo. Las noches se hacían mas largas y los días mas cortos. La luz del sol empezaba a cegar mi alma. Y por ello solo podía pagarlo con las demás personas y bebiendo en los bares q se bebe sin sed.
Mis padres habían fallecido cuando tenia la simple edad de 7 años y mi figura materna siempre fue mi abuela. La persona que me cuidaba y amaba. Y también la segunda persona que no supe apreciar.

Una de las largas noches en el 86' días semanas después de haber vuelto a la casa de mi abuela. Después del desalojo de mi casa. Volví a la casa totalmente cegado y destrozado, el alcohol consumía mi cuerpo. No era un ser racional.
Mi abuela que ya había sufrido esto en su familia evitaba que bebiera alcohol. Pero creéis que este hombre, haría caso y apreciaría esa ayuda. Exacto estáis en lo correcto por supuesto que no. Ese día al llegar, encontré a mi abuela sentada en el salón, que miraba a la puerta. Estaba esperándome tenia los ojos rojizos de haber llorado. Cuando entre ella empezó a hablar y hablar, pero yo no escuchaba nada. Cegado simplemente pensaba en su sermón y decepción hacia mi. Pero en vez de callar, hable o mejor dicho grite como si el alma se me fuera en ello. No recuerdo ni quiero recordar todo lo q le dije simplemente recuerdo empezar el día en la calle, fuera de mi casa con una maleta y otra persona robada.
Aun así continúe mi viaje de vida, viviendo con unos amigos si se les puede llamar de algún modo, gastando el poco dinero que tenia en beber.
Pero esto no duraría para siempre y un día la vida me devolvió la realidad de un golpe.
Un día mientras mis amigos disfrutábamos de una alocada noche, algo falló. Uno de ellos quiso probar algo nuevo, ya no solo bebería sin sed si no que también probaría unas cuantas sustancias de mas. El también no había tomado buenas decisiones en su vida y como yo las pagaba en la barra de los bares. El decidió tomar mas sustancias, mas y mas. Hasta que mientras todo parecía en orden y simplemente salimos un momento afuera de la discoteca a fumar. Se desplomo. Al principio simplemente pensaba que era una de sus recurrentes bromas. Pero después de un rato supe q no. Intente ayudarlo y hice todo lo posible, pero era demasiado tarde. Mis manos no notaban la fuerza de su pulso, el había muerto.
Deje el alcohol, las drogas y a mis amigos. Salí del apartamento que me alojaba junto a los q ya no eran mis amigos y decidí volver con mi abuela. Pedir perdón y intentar recuperar todo. Cuando llegue, hacia aquel lugar que volvía a oler a hogar. Parecía todo volver a la normalidad pero cuando me abrieron la puerta, si q volví a la realidad. Simplemente no asimilaba que ella había muerto de cáncer hace 1 año. Y yo nunca lo supe. La persona que me cuidaba y quería murió sola en una habitación de hospital, preguntando donde estaba su nieto.
Cuando volví a mirarme las cicatrices que intente tapar con el alcohol eran peores y cada vez mas. Todo había empeorado ya no me quedaba nada.
Simplemente lo había roto todo.
Decidí trabajar en varios trabajos de poca ganancia, con el tiempo alquilar una casa donde vivir. Y así hice. Pero ya no era lo mismo, aquel lugar no olía a casa. Las cicatrices no se curaban ni se iban y las deformidades tampoco.
Y a si vivo ahora, solo sin nadie. Encerrado en una rutina de la que no puedo escapar. Roto como las ruinas de una ciudad abandonada. Las cicatrices empeoraron y todo lo que me mantenía estar cuerdo desapareció. Simplemente cada noche al pensar todo lo que hice las cicatrices crecían mas. Aparte no he contado todo ya que hay cosas de las que no me atrevo a hablar, que llevare conmigo a el cajón de madera donde supuestamente descansaré en paz.
Y ahora sentado en este mugriento sillón un deforme ser escribe esto con la esperanza de que alguien lo lea. Y de que alguien no haga lo que yo hice. Simplemente no hay palabras para terminar mi vida, no merezco el reconocimiento de una palabras finales. Este monstruo sentado que escribe esto se despide, no se quien encontrara esto, seguramente tarden en encontrar lo que queda de mi cuerpo unas semanas. De todas formas no importa quien seas, simplemente no hagas nada de lo que este monstruo ha hecho. Yo fui la falla de mi vida, y las cicatrices y deformidades siempre lo recordaran.

Relatos del SilencioWhere stories live. Discover now