Chapter I

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Antes de empezar, quiero aclarar que yo no soy de México y que, por lo tanto, es muy probable que en los diálogos de los personajes latinoamericanos haya errores. Ya aclarado eso, empezemos.

 Ya aclarado eso, empezemos

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~ Narrador omnisciente ~

 Una casa grande, de tres pisos, blanca y moderna por fuera. Una familia formada por dos hijos, una chica y un chico, y una pareja. Un par de camiones de mudanzas en la puerta descargando el mobiliario.

- Helena, ven aquí y recoge tus cajas. - La señora, madre de los chicos, está furiosa y estresada por el desorden.

- Ya voy... - La chica coge dos cajas medianas, pero antes, se limpia una pequeña lágrima que se deslizaba por su mejilla.

- Ay, deja ya de llorar, pareces estúpida. - El hermano mayor de la chica hace que su madre se gire seria y él se vaya rápidamente.

La chica sube los dos pisos que hay hasta llegar a su habitación, que está en lo alto de la casa. Empieza por sacar su ropa de la maleta mientras escucha música con sus cascos inalámbricos, que no se ha quitado desde que subieron al avión. Without me, de Eminem suena haciendo que los ánimos de la chica suban.

Mientras tanto, en la parte baja de la casa, específicamente en la cocina y el salón,  los padres de los hermanos estan colocando los objetos, ya que la cocina ya está amueblada y los sillones y estanterías del comedor ya están en su respectivo sitio.

La madre de los chicos se dirige a las escaleras y, con un tono autoritario, chilla:

- Chicos, bajad ya. Vamos a casa del vecino a presentarnos.

A los dos minutos, el chico baja, pero no hay rastro de su hermana. 

- Le he dicho que bajara, pero ha dicho que no le apetece y que está ocupada. - El hermano, ya cansado de siempre ser el mensajero de la casa, se dirige rápidamente a la puerta para que su madre no pueda enviarlo de nuevo arriba.

Estando ya los tres afuera, el padre extrañado pregunta:

- ¿Y Helena?

- No quiere bajar, papá. Ya sabes como es...

- Bueno chicos, ya basta de cháchara. Vamos ya.

Se dirigen a fuera y salen por la gran puerta del muro que envuelve la casa. La madre, llama al timbre y, después de medio minuto, se abre una pequeña puerta en la grande de metal.

- Hola, ¿quiénes son ustedes? - Un chico de unos 27 o 30 años se asoma por la pequeña obertura.

- Hola, perdón por molestar. - Se disculpa la madre. - Somos los nuevos vecinos.

- A, okey. Esperen un momento. - En ese momento, la pequeña puerta se cierra y la grande de metal se abre lentamente. - Hola, encantado. - Le extiende la mano a cada uno de ellos. - Soy Federico Vigevani, pero llámenme Fede.

- Encantado, Fede. Este es mi hijo, Javier, y ella mi mujer, Maria. Yo soy Jose. - Le estrecha la mano con firmeza mientras le regala una sonrisa.

- También tenemos otra hija, Helena. Tiene 16 años, pero no ha querido acompañarnos, ya sabes, la adolescencia y sus cosas.

- Por supuesto. Oigan, ¿quieren pasar? Disculpen mis modales, es que estaba en otro mundo.

- Hay, Federico, eres muy amable, pero deberíamos ir volviendo a casa para acabar de ordenar las cosas y a hacer la comida.

- No, en serio. Miren, les invito a comer. En una hora, aproximadamente, la comida ya estará lista.

- Bueno, muchísimas gracias. - Los cuatro se despiden y una parte de la familia Caballero Ramírez vuelve a casa.

Hey, ¿te ha gustado el primer capítulo de esta historia? Dejame saber tu opinión con un comentario

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Gracias por leer <3


¿𝓤𝓷𝓪 𝓬𝓱𝓲𝓬𝓪 𝓮𝓷 𝓵𝓪 𝓥𝓮𝓬𝓲𝓫𝓪𝓷𝓭𝓪?Where stories live. Discover now