Los primeros síntomas

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Algunos alumnos prestaban atención a lo que decía la profesora, en cambio Ranma estaba de lo más aburrida. Ya esta harta de seguir en su forma femenina y ahora tenía que escuchar sobre embarazos adolescente, nada más lejano de ella, según ella.

-que aburrida es esta clase –murmuro por lo bajo.

Ni bien sonó el timbre del recreo, Ranma salío disparada hacia el kiosco.

–espero que sea la única vez, que pasé por esta situación –dijo moviendo sus mechones de la cara.

Las demás compañeras le observaron, desde el segundo piso.

–¿La prima de Ranma, no es muy sociable que digamos? –comento una de ellas.

–pues si, tal vez sea porque es hija única –respondio.

–Y también es un poco marimacho, no es muy amable con los chicos –dijo otra.

Akane se sintió tocada, con ese comentario, pero no les hizo saber.

–se crío, con sus primos varones –invento.

–eso explica porque le gusta jugar partido, con lo varones –dijo otra.

Ranma se sintió observada y las miró por unos segundos.

–niñas tontas –susurro.

Últimamente se sentía irritable, sin ninguna razón aparente. Hay días en las que no quería levantarse de la cama, solo quería estar tendida en la cama.
También estaba harta de llevar el uniforme femenino, siempre se robaba las miradas de los chicos, se podría decir que era popular en la escuela. Y el tonto de Kuno, no dejaba de acosarla todo el tiempo, en el colegio.

–rayos es la tercera vez, que vomito –dijo agachada frente al wáter.

Pensaba en lo que había comido, pero casi siempre arrojaba, por algo que comía. Algunos olores le parecían tan desagradables, que salía corriendo hacia al baño. Los demás le recomendaron ir al médico, pero ella se negaba, por flojera.

–este vestido me está empezando a apretar –se quejó.

A veces se quedaba dormida en clases, los demás se burlaban de ella, cuando era regañada. Una vez se quedó dormida y no fue a clases, la dejaron dormir, pensando en que seguro seguía mal de salud. Al levantarse tomó un gran desayuno, que le alegró el día. Se sentó en el pórtico, a comer una dulce sandía, que se le antojo, de repente.

–¡Ranma prepárate a pelear! –grito Ryoga de improviso.

–te dije que no quería volver a verte –suspiro aburrida.

–ya lo sé, pero estoy cansado de pensar en lo que sucedió esa noche –dijo mostrando sus ojeras.

–tienes que hacerlo, eres débil de espíritu, ahora vete de aquí –dijo escupiendo las pepas de la sandía.

–no lo haré, tenemos que pelear ahora –se negó.

–eres tan testarudo, cabeza de cerdo –dijo enojada.

Sabía que él persistirá en luchar contra ella, terminó de comerse la fruta y se levantó, de mala gana.

–te daré una paliza, para que te largues de aquí y dejes de ser una molestia –dijo haciendo sonar sus nudillos.

–intentalo –dijo desafiante.

Se colocaron en sus poses de lucha, mirandose con antipatía, mútua. El primero en atacar fue Ryoga, ella lo esquivo ágilmente.

–tan lento como siempre –se burló.

El otro adolescente se enfureció, ante sus habituales burlas. Aumento la velocidad de sus ataques, quería hacerle daño. De pronto Ranma sintió que todo se movía a su alrededor, como si estuviera en un barco.

La terrible venganza de Hapossai👴🏽👿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora