663 Episodio 20 Lector (5)

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Noh Gyeonghwan avanzó paso a paso. Como no podía ver delante de él, el paisaje del mundo era una completa oscuridad.

Murmuró Noh Gyeonghwan mientras se adentraba en la oscuridad.

"¿Cómo es la vista ahora?"

No preguntó esperando una respuesta. Pero alguien respondió.

-Es un campo floral, ahjussi.

El sonido era tan lejano que no podía distinguir a quién pertenecía.

Noh Gyeonghwan oyó esa voz e imaginó un paisaje invisible. Entonces, una a una, las flores florecieron en la oscuridad.

Caléndulas rojas floreciendo por todas partes.

Era la flor que lo mataría.

Dijo Noh Gyeonghwan:

"Es precioso".

Noh Gyeonghwan pensó en su mujer, que murió tras ser alcanzada por un meteorito.

Piensa en su mujer que murió, y en este campo de flores donde él morirá.

Si su vida fuera una novela, ¿no sería éste el lugar donde se escribiría su última frase?

Novela.

Noh Gyeonghwan recordó la novela favorita de su hija.

Le gustaría que esto también fuera una historia. Espera que algún día su hija lea esta historia y se ría. Le gustaría poder decirle algo así a su hija.

Verás, este padre también aparece en tu novela favorita.

Noh Gyeonghwan sonrió amargamente.

Jiyoon probablemente estaba muerta.

Habría muerto en esta mentira, igual que su mujer.

Pensó en los últimos días de su hija.

¿Qué tan doloroso fue? Qué sola debió sentirse.

Noh Gyeonghwan reunió fuerzas una vez más y dio sus pasos. Ahora pronto podrá reunirse con su mujer y su hija.

Para ello, debe acabar con la historia de Lee Dansu, no con la del Noh Gyeonghwan humano.

Soy Lee Dansu.

El nombre que recibió en el nuevo mundo. ¿Qué tipo de vida llevaba el dueño original de este cuerpo?

No lo sabe.

Sin embargo, su cuerpo estaba ahora al límite y su conciencia seguía desdibujándose. Debe ser porque se derramó demasiada sangre.

[¡El poder de la Joya Estelar fortalece tu cuerpo!]

Si no le hubiera quedado una joya estelar, no habría sido sorprendente que se derrumbara de inmediato en ese estado.

El sonido de la respiración del Dragón Menor se acercaba.

Un vertiginoso aroma floral le llegó a la punta de la nariz.

Lee Dansu finalmente recordó el nombre de un hombre.

"Inho-ssi, lo siento".

Y ese momento.

La voz se hizo más clara.

-Veo que ahora puedes oírme.

La voz que dijo antes que este lugar era un jardín de flores. Lee Dansu conocía al dueño de esa voz.

"¿Inho-ssi?"

Le contesté.

-Sí, soy yo.

Lee Dansu miró a su alrededor aunque sabía que estaba ciego. La voz del hombre temblaba.

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