Capítulo 3 - Bailes

223 38 12
                                    


Sanji chasqueó la lengua nada más salir de su dormitorio, su padrastro ya estaba en la cocina preparando el desayuno, ese viejo siempre que podía se le adelantaba, pero odiaba admitirlo, le gustaba como preparaba el café, usaban los mismos granos, la misma cafetera y aun así su café era como néctar de los Dioses.

- Buenos días, berenjenita.

- Buenos días, viejo. ¿Qué haces ya despierto?

- No sabía que tenía que darle explicaciones a un mocoso como tú para usar mi cocina.

- Tan duro de mollera como siempre, hazte a un lado.

Zeff rodó los ojos, y dejó que Sanji se pusiese a cocinar con él. Era sorprendente como se compenetraban uno al otro, como si se leyeran la mente se iban pasando ingredientes, uno salteaba, el otro sacaba los platos en un cómodo silencio que ambos disfrutaban por mucho que fingiesen que no era así.

- ¿Todo bien?

- ¿Eh?

- Tienes mala cara. – dijo mientras terminaba de trocear el aguacate.

- Oh... - se acarició la mejilla a sí mismo, había tenido una mala noche, haber visto a ese extraño Zoro la tarde anterior le había dejado nervioso – Nada importante.

- ... - se quedó mirándolo y al acabar de lavarse las manos le revolvió la cabellera rubia – Tan terco como siempre.

- ...Mira quien habla. – murmuró con las mejillas sonrojadas.

No quería preocuparle por algo que ni el mismo entendía, es cierto que, aunque no recordaba de que trataba, había tenido una pesadilla... algo que le atacaba, no quería darle más vueltas al asunto. Tampoco es que pudiera, ya se oía a Nijji y Yonji bajando por la escalera peleando por algo absurdo mientras que Ichiji y Reijuu iban en silencio.

- Que bien huele. – dijeron los cuatro a la vez cuando Zeff repartió el café en sus tazas, era capaz de domar a las bestias.

Sora bajó unos minutos más tarde y repartió besos a cada uno de ellos junto a un "buenos días" dejando para el final a Zeff, quien le dio un bento dentro de una bolsa y su café para llevar.

- Eres el mejor cariño, como siempre. – le regaló una caricia en la mejilla – Nos vemos esta noche. Acuérdate, ¿eh?

- No lo olvido, descuida. Cuidado con el tráfico.

- ¿Tienes reunión? – preguntó Sanji.

- Sí, la investigación va genial y queremos negociar con otra farmacéutica para bajar costes para venderlo... Rollos científicos y de marketing – le restó importancia - ¿Todo bien? Estás algo pálido.

- Todo bien. – fue su turno de darle un beso – No llegues tarde y acaba con ellos.

- Jeje, gracias cielo.

- Venga, daos prisa vosotros también, u os dejo tirados. – avisó Reiju como cada mañana una vez que su madre se marchó.

Los cuatro devoraron sus desayunos y se despidieron de Zeff tras ir a coger sus cosas e ir al coche donde ella ya les esperaba con el motor en marcha, en esta ocasión, Yonji fue el más rápido y se subió de copiloto mientras los otros tres iban atrás.

- Jajaja, joder Ichiji, eres un Stalker de manual. – se rio Niji al observar el Den Den Mushi de este - ¿Sabe Katakuri que te dedicas a babear por él gracias a sus redes sociales?

- C-Cállate, imbécil. – sus mejillas se pusieron iguales de rojas que su pelo. – E-es por las rutinas de entrenamiento que sube.

- ¿Katakuri Charlotte? – se giró Yonji para cotillear el también – Joder, normal. Yo también le echo un vistazo de vez en cuando. ¿Has visto sus pedazos de abdominales? Que envidia.

El cocinero que lo tenía todoWhere stories live. Discover now