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—Dos días después —

Lena se encuentra en la alcoba de su hija, mirando la cuna vacía como su alma ahora que no la tiene cerca. Con la cabeza recargada en su puño piensa en sí es buena idea ir a la casa de Kara para verla, después de lo que pasó esa noche no sabe cómo proceder.

-De cualquiera manera tendré que verla, así que es mejor enfrentarla — De un salto se pone de pie — Además, su rostro idiota no me impedirá ver a mi hija-

Toma su bolso despidiéndose de su madre y conduce hacia la casa de Kara. Durante el trayecto decide escuchar música y cuando al fin llega al lugar que nunca creyó volver a pisar, baja del auto y con paso firme se acerca a la puerta para tocar el timbre.

-Ya voy-

Escucha la voz de Kara y eso la extraña, pues Eliza siempre está en su casa. Escucha ruido adentro, después el llanto de su hija y asustada le importa poco los modales entrando rápidamente a la casa encontrándose con Kara en el camino, quien venía hacia la puerta con Katie llorando.

- ¿Lena? — Cuestiona arrullando a su hija — ¿Qué haces aquí? –

-Eso no importa ahora, ¿Qué tiene? — Toma con delicadeza a su hija — Ya mi vida, mami está aquí-

-Oye, lo dices como sí yo no pudiera cuidarla — Kara reacciona ofendida.

- ¿Ah sí? — Lena sigue arrullándola — ¿Entonces por qué estás así? — Señala el desorden y su aspecto desaliñado.

-Porque terminé de bañarla y ya sabes que odia eso, así que me apresuré a preparar su biberón, pero resulta que Kara 2.0 está haciendo su rabieta y no quiere leche, papilla, juguetes o dormir-

-Bueno, al menos admites que lo caprichosa lo heredó de ti — Bromea subiéndose la blusa para darle pecho el cual toma rápidamente.

-Ja-Ja, muy graciosa — Ríe sin gracia, pero agradece que haya cesado el llanto — Pero no respondiste antes, ¿Qué haces aquí? –

-Extraño a mi hija y quise venir a verla-

-Eso es obvio, me refiero a que deberías estar en la Universidad-

-Hubo un incendio o algo así ayer por la noche y bueno, nos dieron el día libre y probablemente los siguientes-

-Oh, qué bueno que ocurrió de noche — Ambas toman asiento en el sofá.

-Lo sé-

-Aunque ahora querrás acaparar a mi hija los días que me toca cuidarla-

-Sólo vendré algunas horas, tengo trabajo por hacer, así que no te quejes-

-Bien, bien, porque tú la tienes todo el tiempo y yo sólo los fines de semana o las noches que salgo temprano-

-Ya te dije que no te quejes por eso, haré lo mismo que tú y sólo vendré por algunas horas — Le pellizca la mejilla.

-Ouch, ouch, suelta — Kara manotea del dolor y Lena ríe, para después liberarla — ¿Por qué me maltratas? — Pregunta con la mano en la mejilla.

-Dramática-

Lena vira los ojos y estuvo a punto de acercarse a ella para besar el puchero que está haciendo, pero no lo hace, pues la última vez que besó por sorpresa a Kara, ninguna terminó bien. Sabe que Kara estuvo mal, sus amigas se lo dijeron, y la única razón por la que no se enfermó fue por su hija, ya que después de sentir sus pataditas volvió a comer y dormir bien.

Katie se queda dormida y Lena la deja en la cuna que Kara compró para ella cuando se queda en su casa. Ambas admiran a su hija embobadas y sólo despiertan del trance cuando sus estómagos hacen el sonido característico del hambre.

CÁSATE CONMIGOWhere stories live. Discover now