7. OLIVER

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Que me dijera que iba al instituto con Lucas me sentó como una patada en los huevos.

Ese día tenía que ir hasta la universidad, 58km separaban Altea de mi uni, aproximadamente 35 minutos en moto, quizá un poco menos, según la velocidad a la que decidiera ir ese día, o mejor dicho... según lo tarde que nos despertáramos esa mañana.

Cuando supe que tenía que recorrer esa distancia todos los días no tuve más remedio que sacarme el carnet de moto. Gino y yo solíamos ir juntos cada mañana, cada uno con su moto porque nuestros horarios a la vuelta no coincidían nunca. Tanto la moto como el carnet lo pagué con el dinero que había ganado de todo aquello, ya sabéis. Mi madre no me dijo nada porque obviamente tras lo ocurrido... al final se enteró de todo.

Tuvimos una conversación larga, muy larga, pero decidimos olvidar todo, me prometió no volver a indagar en el tema, y Derek no volvió a aparecer en nuestras vidas, cosa que espero siga así. Más le valía. No cabía en mi cabeza la posibilidad de que llegara a ser mi hermano, por eso... aunque mi madre y yo prometiéramos dejar el tema a parte, a mi me rondaba una y otra vez. Tarde o temprano retomaría todo eso para llegar a descubrir la verdad. Aunque aquello me costara muy caro.

Se notaba que estaba llegando el verano, habíamos pasado de ir en la moto con cortavientos, guantes y bufanda, a simplemente llevar una chaquetita. A penas quedaban diez minutos para llegar a la universidad y Gino quería saber todo lo que había hablado con Gia. ¿Os sorprende?, a mí en absoluto.

-- Venga tío pero cuéntame algo, que te lo callas todo. – me dijo Gino justo a mi lado cuando paramos en un semáforo.

-- Nada tío, creo que está con el pijo ese. No hay nada que hacer. – respondí.

-- ¿Estás celoso principito?. – se rió.

-- ¿Celoso yo?, ni de coña. – en realidad sí lo estaba...

-- ¿Te ha dicho que está con él?. – preguntó.

-- Me ha dicho que le recoge para ir al instituto. – le dije porque no me hacía ni puta gracia.

-- El tío es un parguela, eso está claro. – se rió y me hizo gracia, no os voy a engañar.

-- Sí, pero el parguela está con ella. – respondí, comprobando si el semáforo se ponía en verde.

-- Estoy seguro de que lleva comiéndole el culo durante meses y siguen sin estar juntos. – me dijo, mientras arrancábamos a la vez porque el semáforo cambió de color. -- ¡Esa tía es solo tuya y lo sabes principito!. – me gritó acelerando la moto y separándose varios metros de mi.

¿Tendría razón?, tenía muchas dudas. Estaba feliz, haber estado toda la puta noche hablando con ella me había vuelto a hacer sonreír, a sentir algo que no podía explicar. Joder habíamos tonteado estaba seguro, ¿cómo iba a estar con Lucas y me hablaba así?, eso no me gustaría NADA, pero algo en el fondo me decía que no. Al igual que algo me decía que el puto Lucas seguía intentando conseguirla, y eso me ponía de muy mala hostia. Lucas la tenía cerca, la veía todos los jodidos días, podía verla, tocarla... ¡me cago en mi puta vida!. A veces he pensado que quien la sigue la consigue y espero que ese no sea su caso, porque voy a Madrid y le parto la cara.

Pensaba OTRA VEZ, que tenía superado el tema, a ella, pero OTRA VEZ, vuelvo a darme cuenta de que no. Gia no se puede superar, me va a perseguir toda mi vida. Cuando creo que ya está, que no voy a verla nunca más, pasa algo que la regresa a mi vida de nuevo, y no sé si es el destino o qué coño es, pero que alguien me lo explique por favor. Aunque lo único que puedo confesar es que daría mi vida por tenerla a mi lado.

¿Os imagináis que Gia fuera mía?, os aseguro que intentaría cada día hacerla la persona más feliz del mundo. Movería cielo y tierra para hacerla feliz, porque ver esos ojos cada día sería la mejor lotería que me podría tocar. Y no sé qué coño hago pensando todo esto, si tan solo hemos tenido una conversación.

Agárrame fuerte (2)Where stories live. Discover now