Tzuyu salió a la cafetería, había escuchado por sus compañeras que hoy darían gelatina de mandarina en la cafetería y eso no era algo que ella se perdería.
Desde que había llegado no se había animado a entrar, no había razón para hacerlo, al menos hasta ahora.
-Tzuyu, que raro verte por aquí -saludó Dahyun quién también se encontraba en la fila.
-Escuché que darían gelatina de mandarina.
-Y viniste solo por ella -intuyó Kim, la castaña asintió.
-¿Eres la famosa Tzuyu? -preguntó una chica que estaba adelante de ellas.
-Sí, ¿y usted quién es?
-Tzuyu, ella es Im Nayeon, está en último año. -presentó Dahyun.
-Sí, pareces un gatito -comentó Nayeon confundiendo a la castaña.
-¿Cómo?
-Es que la gente dice que pareces un gatito, por tus ojos -explicó Dahyun tomando su almuerzo cuando fue su turno.
Tzuyu hizo lo mismo cuando le tocó a ella mientras aún seguía procesando lo que le acaban de decir.
-¿Quieres sentarte con nosotras? Hay espacio para ti en la mesa -ofreció la mayor de las tres.
-Oh, no se preocupen. Estoy bien sola -se excusó pero la mayor no se rindió.
-Almuerza con nosotras por hoy ¿Va? Ya después ves si te caemos bien para que te sigas sentando con nosotras -le dijo mientras le pasaba un brazo por los hombros.
Tzuyu sonrió, la chica le estaba cayendo bien.
Al final aceptó y fue con ambas chicas a su mesa, encontrando una escena bastante divertida en esta.
-¡Te comiste mis galletas -se quejó una chica que le recordaba a un pequeño conejito.
-¡Me comí una sola! ¡Una! ¿Por qué eres tan tacaña? -se defendió ahora otra con cabellos negros.
-Chicas -interrumpió una chica con cabello castaño cuando vio a Tzuyu-. Hay una invitada, compórtense.
-Disculpa Chuwi, estas tipas no saben comportarse -Nayeon les dio un golpe en la cabeza a ambas chicas luego de poner su bandeja en la mesa.
-Ella se robó mis galletas.
-Cómete tus malditas galletas, atragántate con ellas, tacaña. -la chica con cabello negro volteó a ver a Tzuyu-. ¿Tzuyu, cierto? -la castaña asintió-. Me llamo Hirai Momo, me puedes decir Momoring- se presentó-. La chiquilla tacaña que vez ahí se llama Yoo Chaeyoung, jamás le quites algo de su almuerzo.
-¡Oye! -se quejó la menor de todas.
-Yo soy Jeongyeon -se presentó la chica de cabellos castaños regalándole una sonrisa rectangular.
Cuando Tzuyu iba a hablar notó como todas voltearon hacía las puertas de entrada.
Era el grupo de matonas del que Dahyun le había hablado el primer día, pero su mirada fue directo a una cabellera rubia conocida.
Sana estaba en medio de todas aquellas chicas, una de ellas rodeaba sus hombros con su brazo acercándola más a ella, aunque la rubia no se miraba muy contenta.
-Ugh, esa tipa me cae más mal cada día. -dijo Nayeon despectivamente, todas en la mesa (excepto Tzuyu que no sabía que porqué lo decía) estuvieron de acuerdo.
-¿Hizo algo malo?- preguntó sin entender muy bien a lo que se refieran, aunque ya se hacía una idea.
-¿Sabes quién es Sana, no? -preguntó Nayeon.
-Sí, somos amigas, creo. -dijo no muy segura.
-¿Captas al que está al lado de ella?
-¿La que la está aplastando contra ella?
-Sí esa, es la novia de Sana -Tzuyu abrió los ojos con impresión-. Lo sé, difícil de creer.
-Se ve que es una vaga. -dijo mientras hacía una mueca.
-Lo es -habló Jeongyeon mientras se metía una mandarina a la boca-. La muy idiota obliga a Sana al estar con ella, es así desde hace dos años.
-¿Desde qué entró aquí?
-Sí- ahora fue Momo quien se metió a hablar-. Cuando la transfirieron quedó flechada por Sana desde el primer momento que la vió -empezó a contar -. Empezó a insistirle que saliera con ella pero Sana muchas veces se negó, hasta que Jihyo la amenazó con que haría que su padre perdiera su trabajo.
-Jihyo también ha hecho que deje de tratar a muchas personas -confesó Dahyun.
-Incluso a ustedes -adivinó.
-Tuvo que llegar al punto de comprarse otro número y otro celular para poder hablar con nosotras -dijo Dahyun mientras suspiraba-. Es un sol para lo que vive.
-Esa idiota solo le ha traído desgracia a unnie -Chaeyoung hizo una mueca de disgusto al ver a susodicha.
Todas las chicas asintieron mientras Tzuyu miraba a Sana, no se veía como la chica alegre que la molestaba todas las mañanas y que jugaba crucigramas para esperar que llegara el profesor, esta chica era más retraída, más pequeña... más apagada, no era la Sana que ella conocía.
A Tzuyu no le gustó para nada lo que le sucedía a la rubia, pero no dijo nada porque, al fin y al cabo, ella no era nadie allí para poder enfrentarse contra la tal Jihyo.
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yellow. | satzu
Romance❛ Eres el sol amarillo que ilumina mis días grises ❜ ˚₊‧꒰ა ☆ ໒꒱ ‧₊˚ 𓈒⊹ ꒰Desde los trece años, Tzuyu recuerda haber pasado por varias escuelas gracias al trabajo de su madre, y aunque antes se negaba a esos r...