𝑨𝒅𝒆𝒍𝒂𝒏𝒕𝒐𝒔 𝑭𝒂𝒏𝑭𝒊𝒄

Adelanto 11

Gabriela se casa [Pasión de Gavilanes]

Gabriela no dudó ni un segundo en correr a recibir a su primogénita que llegaba junto a su nieto, quién caminaba lo más rápido que sus pequeñas piernas le permitían con los brazos abiertos y gritando “Tita” mientras se acercaba a ella.

-¡¡Mi niño!! - Grito alzando al niño mientras él se aferraba a su cuello sin intención de soltarla. Tenerlo en sus brazos era una sensación inexplicable, ese pequeño que se encargó de unir a las dos familias era su favorito y por él sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de protegerlo.

-Mis hermanas me dijeron que te casarás este fin de semana y por eso los Saritos vinimos por ti - Dice la castaña saludando a su madre

-No entiendo - Responde la mujer jugando con su nieto

-Iremos a un salón de belleza porque mi mamá se hará un cambio de imagen - Responde mientras Dominga le pasa el bolso de su madre

-No es necesario Sarita - Confiesa Gabriela

-Claro que no, debes verte hermosa mami, quiero que ese día seas muy feliz - Comenta  - Una cosa es que no me agrade la idea y otra que no te quiera ver feliz

Gabriela sin más abrazó a su hija mientras las dos hacían lo mismo con el pequeño, cualquier sacrificio valía la pena con tal de que ellos estuvieran a salvo, desde ese fin de semana la vida de todos cambiaría y ella se encargaría de que el malnacido de Fernando no tuviera oportunidad de volver a lastimarla, lo que la preocupaba en estos momentos era saber ¿en qué momento  él se cansaría y se divorciaría e iría de sus vidas?

Ella no era una típica novia, estaba haciendo todo esto por su familia, su padre no podría vivir con la idea de que su única hija estuviera en la cárcel, Norma y Jimena no se perdonarían el haber traído ese desgraciado a su vida y qué decir de Sarita, se enojaría por haberle mentido y sería capaz de irse lejos como lo hizo cuando pasó lo de Franco y luego se culparía por ser la razón del sacrificio, por eso con la fuerza de una fiera defendería a los suyos aunque eso le costara la vida.

Y ahí estaba frente al espejo de su habitación practicando la mejor de sus sonrisas para tan desgraciado día, no conforme con el que se casará decidió hacer una maldita fiesta y tirar la casa por la ventana como decía Juan, un desgraciado finalmente, respiró hondo una vez más mientras mantenía su postura de la futura señora de Escandon, de solo pensar que debía cumplir como esposa le daban nauseas, ese insecto no merecía ni una muestra de cariño, pero ya que podía hacer, ese matrimonio era la manera de proteger a su dinastía y por ellos hasta venderle el alma al diablo estaría dispuesta.