Capítulo 68

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Buenos Aires, Argentina
Noviembre, 2022

Ana:

Día dos, día dos donde yo me quedaba sola con tres hombres desordenados

Empezando por Ruggero, tenía la alacena volteada al revés y la nevera con alimentos empezados y no comidos. Y después de cocinar siempre dejaba un quilombo

Leonardo, dejaba sus libros de filosofía tirados por donde se le daba su gana, sus hoddies tiradas en el sillón y sus audífonos la pasaba perdiéndolos

Santiago, ay por Dios. Alguien póngale una cinta en la boca para callarlo porque no hace más nada que eso, que hablar y chismear

¡Apenas iba un día!

Los miré desde el sillón como reían entre ellos mientras Ruggero nos hacía un café

Elettra supuestamente estaría ya aterrizando en su ciudad y vamos que me tenía con el pendiente, creo recordar que ella dijo que su vuelo tenía línea a internet

¡Solo eran 4 horas de diferencia de horario!

Me coloqué los AirPods y subí los pies al sillón para someterme a mi música. Era la única terapia

Y sí estuve unos cinco minutos hasta que paré la música porque Santi me llamó:

— Mi amor, ¿queres café? —alzó la voz llamando mi atención—

— ¡¿Perdón?! —chilló Ruggero ofendido— ¿"mi amor"? Y una mierda

— Anda de romántico hermano, déjalo —acusó Leo y rodé los ojos—

— Ya, ¿quieres café? —Santi preguntó de nuevo y asentí— Vení

Bufé parándome del sillón y dejando los audífonos y teléfono sobre él

Llegue hasta la encimera de la cocina y Ruggero me extendió una taza, le agradecí

— ¿Elettra te contestó? —preguntó Leo—

— Nada de nada —tomé asiento al lado de Ruggero que era donde estaba el banco libre—

— Ah tranquila, después va a llamarte —habló el italiano mayor— ¿igual? ¿Qué te pasa? Estás muy callada

— Nada, que me siento rara estando sola con tres hombres, primero se fue Ludmi, después Orne, ahora Elettra, ¿qué pasa? ¿Soy la siguiente? —bebí del café—

— Nena, quedarte con tres hombres es lo mejor que te pudo pasar en la vida —sonrió Santiago– y más sí somos nosotros

Leonardo asintió de acuerdo

— De verdad estoy debatiéndome si fue buena idea quedarme aquí

— Lo es, así que cállate, no vas a estar sola en el departamento que compartes con Ele —me regañó Ruggero y solo escuché las risas de Leo y Santi—

[...]

La noche llegó y ya estaba preparándome para dormir con Leonardo en su habitación

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