𝙐𝙢𝙖𝙧𝙚𝙬𝙖𝙠𝙖𝙧𝙞 ˢᵃᵗᶻᵘ

𝘾⁵ - "𝙁𝙪𝙚𝙧𝙖 𝙙𝙚 𝘾𝙤𝙣𝙩𝙧𝙤𝙡"

༺♔༻ - 制御不能

Ambas peleaban a la par. Pero, no había forma de deshacerse de las criaturas de una vez por todas. Salían una vez y otra sin parar.

— Ma-Maldición...— Las piernas de Sana flaquearon — Estoy cansada.

Respiraba con pesadez tratando de recuperar el aliento. Era una casa recompensas muy talentosa en su campo, había luchado desde pequeña, pero jamás por tanto tiempo y con tantos enemigos a la vez.

El día ya había terminado y estába por amanecer nuevamente y aún no se habían detenido ni un segundo.

— ¡Sana cuidado!

Un gigante estuvo a punto de pisarla si no fuese por Tzuyu quien se lanzó para contener la enorme extremidad.

— ¡M-Muévete! — Le dijo con dificultad.

Sin pensarlo Sana obedeció. A la distancia observaba preocupada como Tzuyu luchaba arduamente.

— No puedo moverme.— Cayó al suelo por agotamiento. Ya no podía seguir.

Pero, necesitaba ayudar a Tzuyu.

— Tzuyu.— Pronunció intentando mover su cuerpo, pero no podía hacerlo.

La alta estába de rodillas intentando arduamente volver a ponerse de pie por completo, pero a pesar de su lucha fue aplastada. Su fuerza no se comparaban en lo absoluto con el peso de esa criatura.

— ¡No! — Un pinchazo se instaló en su corazón.

La criatura levantó su pie dejando apreciar el cuerpo inerte de Tzuyu.

— No...— Sana estába plasmada en aquella escena — ¡Tzuyu!

...

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...

— ¿Q-Qué es eso?

Un destello acompañado de un estruendo y una liberación de energía demoníaca captó la atención.

— O-Otra criatura...Mucho más poderosa.— El general buscaba ver desesperadamente de que clase de ser se trataba.

La tierra se sacudía en forma de fuertes terremotos que dejaban en claro que tan poderoso era el enemigo.

— Sana...— La anciana intervino — Ese poder proviene de esa chica.

— I-Imposible...

...

Su poder había incrementado de formas inimaginables.

— Su poder es fuerte...Incluso más que el de su Majestad, ¿quién es está chica? — Habló el Comandante de los Celestiales.

...

La gata había cambiado su aspecto. Sus orejas, cabello y cola estaban ahora colorados de un blanco y marcas habían aparecido en su rostro.

— ¡Ñaa!

Pegó un saltó esquivando el ataque del gigante. Aterrizó en su brazos y comenzó a subir por él hasta llegar a su cabeza, una vez ahí destrozó su rostro con un solo movimiento de sus garras.

Cayeron al piso y se mantuvo sobre el ahora cadáver, mientras limpiaba la sangre que había ensuciado sus manos con la lengua.

Pronto notó la presencia de más seres alrededor y su instinto la movió. Comenzó la caza y con una rapidez impresionante las empezó a destruir una por una.