Finca

310 29 11
                                    


Matías

Francisco no me asesinó y descuartizó mi cuerpo para arrojarlo en un río. Por el contrario, me llevó a una finca perteneciente a su familia a media hora de la ciudad. Felipe se nos unió en aquel destino con una sonrisa en la cara. Todo esto me parecía muy extraño, sentía como si supiesen algo que no sabía, pero en el buen sentido, lo cual me reconfortaba tremendamente.

Desayunamos al aire libre a lado de unos perros hogareños caracterizados por tener un cuidado impecable. Su pelaje a simple vista era sedoso y brillante como en los comerciales de televisión. Notaba ciertas miradas empáticas de mis amigos, especialmente de Fran quien hacía la poco disimulada cara de preocupación, tratando de sonar casual. No podía creer que en el poco tiempo de haberlos conocido sentía un gran aprecio hacia mis amigos, quienes se disparan ciertas miradas que se podían traducir a simple vista a un "¿Quién habla primero?"

Después de comer admiramos la vista y jugábamos con los animales. Goldie, uno de los perros, no dejaba de mordisquear la manga de mi abrigo, lo cual permitía, ya que no me podía resistir a sus ojitos. Al poco tiempo sentí a Pipe tocándome el hombro como si de tocar una puerta se tratara, me volteé para encontrarme con su mirada, la cual no sé qué me denotaba. Tenía una media sonrisa y note como respiraba profundamente antes de emitir alguna palabra, lo cual me ponía un poco nervioso. Francisco aún se encontraba a unos cuantos metros de nosotros mientras tiraba una pequeña rama para que el perro fuese a verla.

- Sabemos lo que pasó - me dice serio mientras sentía que Fran se acercaba a la conversación

- Solo fue el estrés, lo prometo- digo sonando convincente.

- No lo es y lo sabes- me dice Fran quien me sonreía tratando de mostrar apoyo

- Solo quiero que sepas que puedes contar con nosotros, eso es todo - dice Felipe dándome una suave palmada.

Sentía que no podía emitir ninguna palabra, por lo que solo asentí. Al parecer los chicos lo entendieron y me abrazaron rápidamente antes de seguir jugando.

Antes de que fuese de noche nos retiramos a los dormitorios de la universidad, nos despedimos cálidamente. Entré a mi habitación cansado de haber corrido en el día y me quité inmediatamente los zapatos caminando hacia el sofá. En la mesita de al lado me percaté que había una pequeña carta, lo cual me dio curiosidad.

La abrí lentamente para encontrarme con lo que parecía una invitación y un mensaje apartado.

"Tú y yo. ¿Mañana?, Enzo"

Di pequeños gritos como si fuese una colegiala enamorada. Pero era Enzo, era inevitable no sentir emoción.

Hola chicos, lo siento por no actualizar, estaba en el pre de medicina pero prometo actualizarles mañana con una MEGA SORPRESA. También muchas gracias por esas 3k lecturas y esas estrellitas los quiero mucho.

Siempre Tuyo, Enzo    enzo x matiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora