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Lucifer yacía en su cama, abrumado por la discusión reciente. A pesar de haber salido victorioso, las palabras de Alastor resonaban en su mente, sembrando dudas sobre su relación con Lilith. ¿Realmente lo había abandonado por su naturaleza? ¿Estaba destinado a la soledad, condenado por sus superiores a vagar sin rumbo? Había creído que con Lilith había dejado atrás esos temores, pero ahora todo parecía desmoronarse.

Por otro lado, Alastor, aún avergonzado por la humillación, agradecía no haber pasado todo aquello en público. Reconocía que su enfoque había sido imprudente, pero no podía negar cierto orgullo al haber encontrado la vulnerabilidad del rey y haberla explotado. Su nueva estrategia era arriesgada: ofrecerle a lucifer algo que anhelaba: información de Lilith a cambio de su libertad.

Estaba decidido a llevarla a cabo, convencido de que no podía fallar. Claro que no fallaria

Se escucharon golpes en la puerta interrumpiendo los pensamientos de Lucifer. Desconcertado, decidió ignorarlos, habiendo ordenado que no lo molestaran más ese día. Sin embargo, la puerta se abrió sin su autorización revelando la alta figura del demonio de la radio

_ ¡Oh, mi señor, veo que aún te afecta la discusión! _ dijo Alastor, con un tono animado

Lucifer suspiró y se sentó en la cama.

_ No tengo ganas de jugar tus juegos en este momento, Alastor _ respondió, su ánimo aún bajo al recordar a Lilith, quien una vez fue su todo y ahora no le quedaba nada de ella

_ Parece que extrañas a ese horrible engendro, ¿no es así?

_ Conoces bien su nombre y su posición. No deberías referirte a ella de esa manera.

_ Quizás deberías olvidarla. Hay muchas otras mujeres aquí.

_ No eres quien para decirme qué hacer, Alastor. Jamás reemplazaré a Lilith; sé que regresará.

_ Yo sé que no _ respondió Alastor, cantando lentamente aquella oración con un tono de burla.

_ No sabes nada de ella, Alastor. No te metas en mi vida más allá del negocio que tienes con mi hija. Tú y yo no tenemos nada que ver.

_ ¿Estás seguro de que no sé nada de ella? _ dijo, extendiendo un contrato con las firmas de él y Lilith. _ Tal vez lo que sé de ella sea de utilidad para ti.

Lucifer, sorprendido, tomó el contrato que se desvaneció en sus manos.

_ Mi contrato es privado, su majestad_ dijo sonriendo, pensando ya tener la victoria_ Pero si me liberas...

_ ¡No! _ exclamó Lucifer, interrumpiendo a Alastor. _ No me usarás tan fácilmente, demonio. Después de más de 5000 años con ella no hay algo que tú pudieses saber que yo desconozca, no permitiré que un demonio tan joven como tú juegue conmigo de esta manera.

_ Está bien, Lucifer _ dijo Alastor, sonriendo. Ocultando su furia_ Supongo que tienes razón. Pero como un pequeño regalo para su majestad, le diré algo. _ Lucifer alzó una ceja, intrigado. _ Lilith traicionó a su primer esposo; no sería extraño que hiciera lo mismo con usted.

Con estas palabras, Alastor se retiró, dejando a Lucifer sumido en una profunda desesperación. La idea de ser traicionado por Lilith lo atormentaba, jamás lo había pensado, su ansiedad se intensificó.

Alastor se retiró y detrás de él su sombra cerró la puerta sonriéndo a lucifer cínicamente dejándolo solo

Alastor, victorioso, paseaba por los pasillos del hotel, jugando con su micrófono dándole vueltas en su mano anticipando su victoria. próxima

el precio de la libertad~RadioappleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora