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Hoy es un día de mierda.

Cómo todas las mañanas me desperté temprano para ir a la preparatoria, fui hasta el baño para tomar una ducha y fui quitando cada prenda de mi cuerpo con lentitud. Al mirarme al espejo de cuerpo completo simplemente sentí asco, mire mis piernas delgadas y mi estupido abdomen inflamado, se veía horrible, la complexión de mi cuerpo no me gustaba, afortunadamente podía ocultar mi horrible aspecto por mis anchas camisetas y porque utilizaba pantalones holgados lo que disimulaba muy bien mi figura.

Pero aún así, no me agradaba en lo absoluto. Mi rostro era el peor, por una extraña razón mi nariz estaba ancha, mis cachetes gordos y mi boca era fina y pequeña y no olvidar mencionar el horrible tipo de piel que tenía, cualquier crema me la ponía reseca y provocaba que está se enrojeciera.

—Soy horrible.

Mencioné abriendo rápidamente la llave para que el agua de la regadera saliera disparada. No quería ir a la escuela, tengo miedo.

Tengo miedo de Tae. Porque escuché rumores de que regreso de su intercambio y está vez estaría en el mismo grupo que yo, en el mismo salón, que loco ¿No? Antes hubiera sido una fantasía tenerlo a mi lado, así podía conversar con él y podríamos intentar algo más, sin embargo esto ahora era diferente. Todo había cambiado y odiaba la idea de tenerlo a mi lado.

Porque parecía que cada vez que me miraba se burlaba de mi, mi cuerpo temblaba de temor ante su presencia y no solo por lo que hizo. Temía de lo que era capas de hacer. Mi madre siempre me dijo que nunca le rogara a un chico por más que me gustará, y tenía miedo de ella se enterará, sentía que se decepcionaría de mi por ser un promiscuo, por intentar llamar la atención de él.

Siempre he tenido el temor de ser rechazado por eso por mi familia. Por mi hermana y mis padres, siempre he tenido miedo.

Al llegar al instituto sentí muchas miradas rodearme, sentía bastante miedo, como si todos supieran lo que sucedió con ese maldito, como si mi secreto fuera descubierto. Unos me miraban con lástima, otros con desprecio, no sabía exactamente si se estaban burlando de mí o si era parte de mi imaginación.

Al cerrar mi casillero el rostro de una persona me asusto.
—¡Lo siento! —se disculpo cuando me vio chocar con otro casillero —Soy Sofi-Ah, Jeon Sofi.

Oh no.
—Mucho gusto.

Sonreí nervioso. Era la hermana mayor de Jungkook, y de Tae.

—¿Se te ofrece algo?

—Pues estaba buscando el aula de música y quise preguntarte a ti porque te vi un tipo agradable —respondió de inmediato —Perdon si te molesté.

—No hay problema —mencioné sonriendo.

Creí que me reconocería. Anteriormente ya nos habíamos visto en la iglesia y además la última vez cuando Jungkook me presento a sus hermanos estaba ella con todos los hombres.

Rápidamente le indique donde se encontraba el aula de música y luego se despidió con amabilidad. Finalmente salí corriendo a mi clase de francés, está clase era la primera que tenía en el día y era muy aparte de las otras materias.

Horas más tarde se hizo la hora del receso, por lo que fui hacia el comedor, ese lugar en donde jamás iba porque quería pedirle un favor a mi hermana, necesitaba dinero para el transporte pues mi tarjeta de camiones se había agotado y no me permitiría irme caminando hacia la casa.

—¡Jimin! Siéntate con nosotros —Sofi murmuró haciendo varias señas.

Al mirarla vi que prácticamente toda la familia Jeon se encontraba ahí incluyendo a mi hermana. Me sorprendió bastante aunque ella estaba apartada de ellos, simplemente por casualidad habían compartido banca.

Jungkook me miró con sorpresa e intento saludarme pero yo pase de largo y fui con mi hermana.

—Dame dinero.

—Hola, Jimin yo también estoy bien.

—No estoy de humor para tus bromas, Jina.

—Mucho menos yo, Park, ¿Que mierda te sucede?

Bufé y me senté frente a ella.
—Se acabo mi tarjeta del transporte.

—Aja, ¿Y? —comió una porción.

—Vete al carajo.

—Come conmigo y luego te doy dinero —propuso mi hermana.

Yo terminé por aceptar y bufando tome uno de los platos que había en la mesa. En el comedor de la prepa siempre había platillos en las mesas por si alguien gustaba comer, era gratis.
—Necesito un vaso.

Murmuré a lo alto al ver que había jugo de naranja y no tenía con  que tomarlo.

—Toma este.

Jungkook me pasó un vaso.
—Pero... Esta usado Jeon —lo mire arrugando la nariz.

Literalmente le había dado su vaso, seguramente todo babeado.

—Hay que compartirlo —se encogió de hombros.

Tonto.

—Yo no quiero compartir babas.

—¿Que te preocupa? —preguntó —No será un beso indirectamente, tranquilo.

Al escuchar eso simplemente bufé. Literalmente era un tonto.
—Pero si te molesta mis babas indirectamente, entonces podría besarte para que ahora sea directo.

El Jungkook de mi vida si me dio su vaso todo usado.

Hate you | Kookmin Where stories live. Discover now