¡Coqueteos para Itsuka Kendo! | IzukuxKendo

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— ¡Limpio y brillante! Eres increible, Itsuka...

Itsuka Kendo se encontraba ocupada limpiando el aula de la Clase 3-B, revisando informes y organizando los papeles. Como presidenta de la clase y próxima heroína le gustaba mantener un rol de "héroe modelo", por lo que se quedaba hasta últimas horas organizando todo para el día siguiente de clases.

— Bueno, solo guardo estos últimos papeles y seré libre...

— Hola, presidenta Kendo. ¿Necesitas ayuda con eso? —una voz preguntó, entrando al aula con una sonrisita en su rostro.

Kendo se sobresaltó un poco. Aquella voz le había tomado de sorpresa. Al girarse sobre sí misma observó al causante de su sobresalto:

Izuku Midoriya, uno de los tres grandes y prospecto a héroe número 1.

— Mi-midoriya... —Kendo se sorprendió por la repentina visita del chico. — No, estoy bien así. Gracias de todos modos. ¿Qué te trae por aquí? —inquirió, manteniendo su tono formal y una pequeña sonrisa.

Izuku se acercó con aire relajado y un brillo travieso en sus ojos. — Solo quería ver si necesitabas un compañero para la limpieza. Además, pensé que podríamos compartir un café después de esto, ya sabes, para relajarnos un poco.

Kendo ahora estaba más confundida. Ambos no eran amigos ni mucho menos. En los tres años que llevaban en la academia apenas intercambiaban un par de palabras por cortesía.

Pero eso no era lo más importante, nunca es tarde para conocer a tus compañeros, sino que Izuku le estaba invitando un café... ¿Izuku Midoriya le estaba invitando un café?

Ella sabía que Izuku era un chico amable y con el paso de los años se volvió un chico confiado y popular con el resto de personas, a diferencia del tímido Izuku de primer año. Pero que repentinamente llegara y propusiera eso la confundió un poco.

— Eres muy atento, Midoriya, muchas gracias. Pero no te preocupes por mi, lo tengo bajo control. —Kendo sonrió energéticamente mientras alzaba el pulgar a Izuku.

Izuku sonrió ligeramente observando la actitud de Kendo. — ¿Y el café, presidenta? ¿Vamos por uno?

Kendo había intentado evitar ese tema. Un pequeño rubor en sus mejillas por la vergüenza se hizo presente.

— N-no me quejo ni nada pero nunca hemos hablado o algo por el estilo, ¿por qué de repente sale todo esto?

Izuku, sin perder la oportunidad, se inclinó ligeramente hacia ella y soltó con confianza:

— Tal vez tengas algo de razón, presidenta, pero no quería perder la oportunidad de comenzar a conquistar a la presidenta de mi corazón. —Izuku sonrió inocentemente observando fijamente a Kendo.

Unos segundos pasaron en un silencio total.

— ¿Ah?

El rostro de Kendo rápidamente acató a la situación, sumergiéndose en un rojo total.

— ¡¿Pe-pe-pero qué di-dices, Midoriya?!

Kendo movía sus brazos desenfrenadamente por la vergüenza. El tartamudeo y sus fallidos intentos de razonar hicieron reír a Izuku, quien se acercó un poco más a ella.

Izuku dio unas palmaditas en el cabello naranja de ahora aquella roja chica.

— ¿H-huh? —Kendo levantó su rostro sonrojado hacia Izuku, quien la observaba con una pequeña sonrisa.

— Esperaré afuera, presidenta. Si decides acompañarme estaré encantado de pasar este día contigo...

Izuku se alejó hacia la salida del salón de clases, manteniendo una pequeña sonrisita. Izuku observó ligeramente hacia atrás por encima de su hombro, observando a una estática Kendo sumida en vergüenza.

— Chau, chau, Itsuka-chan~ —Izuku se marchó de allí, dejando un silencio total en el recinto.

Kendo seguía de pie con el rostro totalmente sonrojado y la respiración agitada. — ¿Q-qué fue eso? —susurró para sí misma, tratando de tranquilizarse.

Kendo observó la puerta donde Izuku se había marchado.

— No puede ser... —Kendo movió su mando hacia su pecho, donde su corazón latía con mucha fuerza.