THAT BOY//Mí Vida Con Los Chicos Walter

014

—No sé yo, ponerse guapo lleva su tiempo—contestó Isaac poniéndose de pie.

—Es por Will, porfavor.

—Venga tío, no tardamos.

Isaac suspiró y me miró, alcé las cejas y él asintió.

—Vale...

—¡Gracias!.

Nos acercamos a la pequeña mesa donde estaban todos los ingredientes, Lee agarró un pastelito y nos hizo una demostración.

—Primero pones el glaseado y después las virutas.

Isaac agarró un par de virutas de colorines y se las tiró en la cara.

—Ja, ja—río sarcásticamente.—Que gracioso.

Lee agarró otro par y empezaron a tirarse la decoración de los pasteles como en una pelea.

—¡Chicos!—se quejó Jackie.

—Esto se nos va ha hacer eterno—murmuré colocando el primer pastelito.

—No hay tiempo para esto.

Los tres nos quedamos mirando detrás de Jackie y ella al notarlo se dio la vuelta.

El perro había destrozado el ramo de flores, esto si resultaría un problema.

—Dios mío...

Jackie nos reunió a todos fuera, hizo un par de llamadas y cuando terminó se acercó frustrada.

—No hay ramo¡No hay ramo!.

—Pero las flores...¿Hacen falta?.

—Si Lee, si hacen falta.

—Yo traeré flores—interrumpió Cole.

—¿De dónde?¿Y de qué tipo?.

—Se que hay una temática, no soy tonto—contestó.—Pero si no te fías, ven.

—¿Cuánto tardaremos?.

—Media hora—le dio la mochila a Isaac.—Máximo.

—Espero que valga la pena...Lee, Isa, estáis al mando.

—¿Enserio?—preguntamos ambos.

—¿Y yo?—se quejó Isaac.

—Dije Lee y Isa.

Mire a Isaac y me reí.

—¡Venga chicos!Terminemos los pastelitos.

Estaba atardeciendo, todo se veía tan bonito, realmente Jackie había hecho un buen trabajo.

Acabábamos de terminar con los pasteles y todos se fueron ha arreglarse, menos yo que decidí salir un rato a pasear antes de prepararme.

Me senté en la valla mirando al campo y cerré los ojos.

—¿Tú te quieres casar?—me interrumpió alguien.

Me di la vuelta aún sentada y vi a Isaac acercarse con una sonrisa y las manos en los bolsillos.

—Si—contesté pero no tarde en volver ha hablar.—Aún no, pero si.

—¿Sabes que?—habló apoyándose en la valla mirando para el frente.—Yo me casaré aquí también, en el campo...

—¿Si?—sonreí y él asintió.

—¿Tú te querrías casar aquí?¿Conmigo?.

Sentí mil mariposas revolotear en mi estómago.

—Isaac...Somos unos críos.

—¿Y?Imagina que en un futuro tú y yo nos casamos en esta casa, en este mismo rancho.