1,55 ★ yoonmin au

03

—a ver, pequeño loco— al llegar a casa, lo primero que hizo fue ir directo a su cuarto, encontrando a su pitufo tratando de poner arriba de la estante sus animes. —bonito, te vas a caer— dijo acercándose rápidamente.

—¿ahora te preocupa que me caiga?— respondió irónico. —las otras veces pude morir y ahora que-...

Al darse la vuelta para verlo, perdió el equilibrio y al caer, Yoongi lo atrapó y sonriendo, le dio un beso en la sien.

—porque las otras veces, no estás en la orilla de la silla— señaló poniendo a su pareja en la cama. Tomándolo de las muñecas viendo que ya lo iba a golpear. —nah-ah~ me vas a oír, pitufo calenturiento.

—me vale un coño lo que quieras decirme— dijo fastidiado.

Yoongi sonrió y se acercó a su cuello, olfateando el olor natural de su esposo. Jimin se estremeció y trató de no sonreír.

—cielo, deja tu jueguito... sé que estás jugando a estar enfadado— frotó su nariz en su piel y el rubio suspiró. Ah como odia que sea bueno leyéndolo. —¿no quieres que te dé lo que querías desde un principio?

—¿d-de verdad sigo siendo sexy para ti aún teniendo 5 años casados?— preguntó apenado.

—podemos tener 60 años casados y me la vas a seguir parando...— rió y dejó un camino de besos hasta su oreja. —y seguirás siendo mi pitufo.

—¡ah, vete a la mierda!— le pateó un poco en la entrepierna, sin causarle mucho dolor pero si lo asustó.

—que malo eres, dejándome sin hijos— levantó la cabeza para mirarlo.

—llorón.

—pitufo.

Ambos se quedaron mirando unos segundos. Jimin con el ceño fruncido y Yoongi con una linda sonrisa. Y de la nada, empezaron a reír y el pelinegro dejó libre las muñecas de su pareja, que las llevó a la nuca de Min.

—me molestas— puchereó. —¿por qué sigo casado con un bully cómo tu?

—porque no es bullying, te pongo a subir en sillas para que seas independiente y el apodo, es de cariño— frotó sus narices. —te queda muy lindo.

—agh, eres horrible poniendo apodos— rieron. —¿me vas a dar como cajón que no cierra sí o no?

—no sé, me provocaste en el trabajo, luego hiciste que mi reputación ahora sea el de "loco que se ríe viendo el celular" porque neta alegras mucho mi día con tus loqueras— se acostó sobre él. —¿debería? Estoy tan cansado...

Park le tomó por las mejillas y le dio besos cerca del lóbulo de su oreja. Un punto débil que logra besar estando hasta de pie. Lo escuchó dar una risa nasal y acercó sus narices.

—está bien, está bien, lo que tu quieras, mi vida.

Sonrió feliz.

—pero mañana no te pongas a llorar por no poder caminar y te recuerdo que mañana, vuelves al trabajo— sonrió malvado.

Y Jimin, se arrepintió de haber tenido la idea de la venganza.