Jackson, alías El Niñero✔

3.3K 140 5
                                    

Narra Elsa

Aquella tercera persona es un varón, cabello platinado tildado al blanco con unos profundos ojos celestes que eran enmarcados por pestañas a juego con su cabello, una piel pálida tal como la nieve, una sonrisa digna de comercial de pasta de dientes y una espalda amplia, alguien ha recibido la bendición de la pubertad. Por su porte puedo deducir que es alguien que pertenece al círculo de mis padres, pero no luce lo suficientemente adulto como para pertenecer al grupo de accionistas. Algo huele mal aquí.

—He vuelto, ¿puedo saber quien es nuestra distinguida visita? —Lo miré rápido antes de mirar a mis padres en espera de una respuesta. 

—Él es Jackson Overland Frost, es el hijo de una socia. —Anunció para darle un largo sorbo a su té con una sonrisa traviesa. Oh, si mi padre tiene esa faceta esto no es bueno para mí.

—Muy interesante, ¿Y qué hace aquí solo? —Eleve una ceja, puedo sentir su mirada, pero me niego a devolvérsela. —Por favor, díganme que no me comprometieron. —Solté casi como un ruego.

Aunque si fuera así no tendría mucho problema, ¡sólo mírenlo! Hace temblar mi cuerpo. Si tengo que casarme con un desconocido puedo acostumbrarme a uno guapo, pero preferiría no tener que hacerlo.

Mi papá soltó una de sus muy conocidas risas jocosas, confirmando que esta situación es el peligro para mí.

—Él, cariño, será tu niñero durante 5 meses. —Sonrío glorioso.

Lo siento, pero ahora mi misión es destruirte hasta que te vayas. ¡Qué desperdicio! Quizás si no me odia podríamos conocernos en otras circunstancias.

Incline la cabeza mirándole por fin, apoye los dedos ligeramente en mi mejilla con una mirada desafiante. Estoy declarandole la guerra, y por cómo la responde sé que esto no será fácil.

—Ah, espero hayan hablado de las reglas establecidas esta mañana. ¿Lo hicieron?

—No. —Ese tono impregnado de arrepentimiento es simplemente por lo que vivo, añadiendo el "aquí vamos" de mi madre.

—Entonces yo hago los honores. —Sonreí arrugando la nariz para cruzar los brazos caminando un poco más cerca del chico. —Jackson, toma nota. Primera regla, mis amigas son familia y si ellas desean quedarse aquí por cinco meses lo harán. No hay modo que revoques eso. Segunda regla, mis cosas son mías, aquí no hay expropiación así que no puedes quitármelas.

Mi padre interrumpe ganándose una mirada asesina de mi parte. —Lo único que no puedes quitarle es el dinero, tampoco las visitas de sus amigos.

Vuelco los ojos intentando mantener la compostura, como odio que me interrumpan.

—Como decía, tercera regla, mi habitación está fuera de tu rango y necesitas mi autorización para entrar. Es una norma básica de moral ¿no? La cuarta regla es que si yo tengo hambre tú cocinarás para mí, te encargarás de ello. ¿Entendis...? 

Mi padre, otra vez siendo tan inoportuno y apreciando poco su vida interrumpe. 

—No tienes que cocinarle, no si no quieres, esta niña mimada tiene el servicio y si fuera el día libre de ellos puede pedir algo por la app. 

— ¡Papi! —Chille indignada—Como sea, seguro igual ibas a quemarla. Jackson, espero tengas memoria y el suficiente raciocinio para haber entendido las simples reglas del juego porque sino, temo que va a pesarte, mucho. 

Puede que haya sonado altanera o incluso mi acto intimidante haya terminado en nada por culpa de mi preciado padre. Sin más que decir acomode mi mochila con una sonrisa fingida y di vuelta para subir a mi habitación, me alegro de que al menos mi hijo de sangre fría me acompañe en el trayecto con sus cortas patas. Hades, te amo.

Mi niñero (E D I T A N D O)Where stories live. Discover now