Capítulo 4

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CAPÍTULO 4

  —Señora —se asomó un mensajero al estudio, tocó y entró—. Tiene una carta de la familia Falcón.

  —Oh... no quiero asistir al funeral —lo miró incómoda y sin dudar.

  —Entiendo que crea que es una invitación al funeral, pero es un asunto más importante —entregó la carta y salió del estudio.

Giselle estaba un poco confundida.

  «¿Qué más sería si no una invitación al funeral del pequeño Richard Falcón?» pensó con histeria.

Giselle no era una mujer de mente cerrada, pero estaba empezando a dolerle la cabeza solo de pensarlo. Con el miedo y las manos temblorosas abrió la carta, la leyó en silencio casi sin respirar, el contenido la hizo sorprenderse haciendo que tape su boca para no decir nada.
La carta la introdujo a la situación actual de la familia en luto: el cuerpo del pequeño había desaparecido, uno de sus mayores miedos estaba siendo leído.
Con calma tomó un papel y tinta con el destinatario de otra familia lejana para pedir auxilio por la desesperada situación, pero en ese momento una mucama entró sin avisar. Giselle paró de escribir y lanzó la pluma a la empleada, la cuál arañó la piel de su cara, y ella simplemente se quedó parada.

  —¿Te tengo que repetir las reglas?

  —El tiempo de llegada se desplazó a un mes más señora —dijo sin dudar ni temblar.

Giselle no dijo ni una palabra, miró con desprecio a la mujer e hizo un movimiento con su mano para que se acerque.

  —¿Quién te dijo esa mierda?

  —En el mercado se hizo famosa la noticia del día de llegada del acompañante de la señorita Moon y los encargados de…

  —No te pedí eso, te pregunté quién mierda te dijo esa basura —se levantó y caminó lentamente a Nana.

  —Lord Darío me entregó esta carta y al abrirla me dijo lo que contenía.

  —Oh, deja la carta en el suelo, no quiero que ensucies nada más, largo.

Nana asintió y salió sin discutir lo que su señora ordenó.
Giselle miró la carta sin tocarla en absoluto, tomó un trapo y comenzó a moverla de un lado a otro, poco después manchas color verde comenzaron a verse en el suelo de madera. La mujer dedujo fácilmente lo que estaba sucediendo y el por qué Darío había dicho deliberadamente el contenido de una importante carta a todo el mundo.
No le tomó mucha importancia al intento de envenenamiento. En cambio su mente solo tenía un pensamiento: enseñar a su hija con la desagradable situación de la familia Falcón como ejemplo.

Salió de su estudio y miró alrededor hasta encontrar a alguna mucama, se encontró con un joven que pasaba a preparar los utensilios para comer.

  —Ven.

El chico no dudó ni un segundo en dejar lo que estaba haciendo y se acercó a Giselle.

  —¿Si, madame?

  —Entra a ese cuarto y comete la carta del suelo, después vuelve a lo que estabas.

El chico miró confuso a la petición pero no cuestionó a la mujer frente a él y entró al estudio a hacer lo que se le pidió. Giselle dejó el tema y entró al cuarto de su hija, se encontró a Nana moviendo las cortinas para despertar a Moon. Por un momento Giselle sintió un poco de miedo al pensar que estuvo a punto de matar a la mucama personal de su hija sin saberlo.
Nana ni siquiera la miró pese a saber que estaba ahí, preparó el té y después entró al baño a preparar la tina para la joven sucesora.

Lirio Nocturno #PGP2024Where stories live. Discover now