El ascenso de una reina y la caída de un rey.
El heredero al trono, está muerto, su hermana menor, pero siguiente en la línea, va a sustituirlo.
Anna Diana Elizabeth Taylor Mary, con suficientes nombres como para confundir a una persona, tendrá que...
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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐕
Amar sin terror
- War Of Hearts.
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Anna relajó su semblante, fingiendo una suave sonrisa que apenas era perceptible. Ella accedió a ser guiada por Benedict, igual que Eric. Pronto, comenzaría a llover, tenían que salir de ahí antes de que el diluvio cayera. Sin problemas se reunieron de nuevo con el grupo de caza, evitando que notaran su ausencia por mucho tiempo, y sobre todo, que Anna había estado sola con dos hombres en las profundidades del bosque. Así que una vez todos reunidos en el claro, subieron en sus caballos para ponerse en marcha hacia Aubrey Hall.
Anna decidió cabalgar sola, sin Eric, sin Kate, simplemente sola. Necesitaba tiempo para ella, para asimilar las cosas, y sobre todo, para regañarse a sí misma una y otra vez por lo que había hecho. Ahora, era mucho más difícil disculparse con Benedict, así que la idea quedaba descartada por completo. Él había decidido olvidar todo, todo lo que probablemente no había sentido y todo lo que ella sintió. ¿Cómo podía seguir tan normal después de aquel roce? A ella su mente no le había parado de hablar en tantas horas, y él parecía tan tranquilo.
Como si Anna no le importara, como si hubiera sido cualquier cosa para él. Con esos besos, Anna se había dado cuenta que lo quería con intensidad, que si pudiera, se casaría con él, pero como lo quería tanto, no lo hacía, no soportaría verlo en desgracia por su culpa. Querer es dejar ir, y Anna dejaba ir a Benedict. Su bien dependía de ello. La vida de la realeza es solitaria, y alguien con aspiraciones tan bellas como las de Benedict, no debía de involucrarse con la familia real, que arruinaba vidas y sueños. Anna había nacido para la felicidad o miseria de una gran nación. Algo que no supo hasta que William ya no caminaba en este mundo.
William lo hacía todo sólo, era el regente, era el padre, la cabeza de la familia real. Lo fue desde muy pequeño, y siempre se veía contento. Will era un verdadero héroe para Anna, él siempre reía a pesar de toda la miseria que veía cada día. Probablemente porque la tenía a ella. Y era demasiado posible, que por el mismo hecho que Anna no quería casarse con Benedict, William decidió no buscar una compañera de vida. Ahora lo entendía, William no aseguró su línea de sucesión, y ahora era turno de ella. Necesitaba un esposo de buen linaje para tener contenta a su madre, un hombre conformista, sin aspiraciones y sueños, atractivo para que sus hijos entraran en los estándares de belleza, y dispuesto a vivir bajo la sombra de Anna.
Eran requisitos imposibles, difíciles. Pero tenía una fila de pretendientes que estaban dispuestos a hacer lo que fuera para obtener al "verdadero" diamante de la temporada. Los demás tendrían a la hija de un marqués, la de un conde, pero quien se casara con Anna, tendría una princesa, y sería su consorte durante todo su reinado, y ese era el premio mayor. Era terrible ser considerada como uno, pero tendría que conformarse con un hombre así. Y aunque a veces pensaba en renunciar a la corona y dedicarse a algo más, la verdad era que no había absolutamente nada más.
