Golpes

139 16 7
                                    

⚠️ Referencias a Maltrato y abuso

Sus manos aún temblaban, su costado punzando por los golpes recibidos.

Sabía que había sido su culpa, su tío había dejado claro que no debía entrar a su despacho sin su permiso.

No solía hacerlo, lo obedecía ciegamente pero había creído leer algo en aquella carta… algo que había llamado demasiado su atención.

Pero fue encontrado infraganti.

Se esperaba el castigo, alzó los brazos para protegerse pero el golpe llegó directo a su estómago, uno tras otro mientras repetía lo malagradecido que era con él.

Paró cuando sus piernas cedieron y cayó al piso, cuando sus disculpas murmuradas entre el dolor por fin alcanzaron sus oídos.

—Sabías las consecuencias, afrontalas.

Y lo había dejado allí, tendido en el piso, esperando a que se recuperará por su cuenta.

Había escapado cuando su cuerpo por fin decidió reaccionar.

Corrió fuera de la casa, en un nuevo y extraño vecindario.

Se detuvo en un parque a un par de cuadras, el dolor no dejándolo ir más lejos.

Respiro hondo, pero aquello solo trajo más dolor. Esperaba no tener una costilla rota, sería muy difícil de manejar.

Se sentó en una banca, tratando de tranquilizarse, debía volver a casa tarde o temprano, si no lo hacía su castigo sería peor.

Sabía que todo aquello era por su bien, su tío no buscaba nada más que su seguridad pero… en momentos así era demasiado difícil seguir creyendo en ello.

Sus uñas estaban rotas y ensangrentadas.

¿Se había aferrado al suelo durante la golpiza? Quizá.

Escuchó un par de pasos cerca de él, los ignoro, debía ser algún transeúnte, después de todo estaba en un sitio público.

Los pasos se detuvieron frente a él y se obligó a no levantar la mirada.

“Se invisible, imperceptible” se recordó de nuevo, aunque las palabras de su tío no hicieron más que doler en ese momento.

—¿Te encuentras bien?— Aquella voz expresaba genuina preocupación.

La persona se arrodilló frente a él, buscando su mirada.

Sus ojos de repente se encontraron con un mar de color esmeralda, un rostro lleno de angustia al mirarlo.

La chica frente a él lo analizaba por completo, mirando sus moretones y sus manos heridas.

Sus trenzas caían por sus hombros y a pesar del dolor Hunter no pudo evitar perder un momento en sus facciones.

—Soy Willow — se presentó dedicándole una ligera sonrisa, aunque su preocupación seguía presente.

—Ven conmigo.

++

Abrió los ojos de golpe, costandole identificar dónde estaba por un momento.

La ligera luz ya se colaba por la ventana, lo cual le permitió distinguir con claridad sus alrededores.

El escritorio frente a él, lleno de los libros de Cosmic Frontier que Gus le había prestado, las paredes aún vacías, pero que estaba considerando comenzar a decorar.

RemainsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora