ɪᴍᴘᴜʀɪᴛɪᴇs | ᴅʀᴀᴍɪᴏɴᴇ ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ's [+𝟷𝟾]

ɪʟʟᴜsɪᴏɴ

• 6to año.
• AU sin Voldemort.

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Malfoy soltó un gruñido desde lo más profundo de su garganta, su polla estaba dura bajo el húmedo centro que se restregaba contra él, la jóven de cabello rizado llevó sus manos a sus pectorales como apoyo, aumentando la velocidad de sus caderas, suspiros y jadeos llenaban la habitación que de a poco iban nublando todos sus sentidos.

Volvió a abrir sus ojos, despertando agitado, y no tardó en sentarse en su cama tan rápido que le provocó un pequeño mareo involuntario, para colmo aún sentía él calor de las palmas en su torso y la sensación de un peso en su polla que iba disminuyendo de a poco, como si alguien hubiese estado encima por mucho tiempo.

Para su desgracia, su entrepierna le dolía como el infierno.

Lo que le faltaba.

Llevaba días soñando con la misma chica, quien le dejaba la sensación grabada en su piel, como si realmente ella estuviese con él en la noche, era jodidamente frustrante y hasta cierto punto, también excitante.

Durante sus sueños solo podía visualizar la delgada silueta de una joven con cabello rizado hacer y deshacer con él como quería, él no podía moverse, ni hablar con coherencia más allá de soltar gruñidos o suspiros.

Sabía que no era lo mismo a la parálisis del sueño, fuera del sueño estaba seguro que podía hacer movimientos con su cuerpo, y no estaba despierto, vagamente consiente de que era un sueño. De resto, su cuerpo sentía todo.

La siguiente noche no fué diferente a las demás.

Al ver desde la ventana la luz de la Luna alumbrar levemente el cuerpo de la chica, le tomó poco tiempo concluir que se encontraba en otra habitación, también destacó que estaba un poco más consciente de su sueño que en ocasiones anteriores.

Un gemido llegó a sus oídos y lo sacó de sus propios pensamiento, fijó su vista en el cuerpo ajeno que iba bajando y subiendo frenéticamente, de a poco fué reconociendo la sensación de calidez que rodeaba lo rodeaba, haciéndolo suspirar pesadamente. Sólo podía ver su cuerpo, y carajo, no debería sentirse tan atraído en está situación, pero no podía despegar la mirada de sus senos, los cuales daban pequeños rebotes cada que volvía a bajar. Se obligó a subir la mirada, pero la luz lunar no llegaba a su rostro, dejando al incógnito a la dueña de sus sueños húmedos.

— ¿Quién eres? —Había podido formular con dificultad, siendo la primera vez que las palabras salían con claridad de sus labios—

La jóven siguió hundiéndose en su polla, bajando la intensidad, pero sin dejar de follarse, escuchó una pequeña risa, ella se acercó lo suficiente para que pudiese distinguir sus facciones, primero fijó su mirada en su labio inferior que estaba atrapado provocativamente entre sus dientes, tomando su tiempo para enfocar más de su rostro.