Capítulo 6

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Gorou vendaba el pie de Itto en silencio, parecía que se había torcido el tobillo al escalar tan rápido. Cada vez que el general levantaba la mirada para verlo, el oni se volteaba hacia otro lado. A Gorou le parecía extraño tanto silencio viniendo de el, pensó en que tal vez lo estaba lastimando al tocarlo.
— ¿Estas bien? —
— ¡¿Eh?! Ah... S-si — Itto había levantado la voz y se escuchaba nervioso, pero en seguida soltó un suspiro y agacho la mirada — es solo que yo... Lo siento, no quería arruinar el día —
Las orejas de Gorou bajaron, se puso a pensar en que tal vez le había hablado con un tono de voz muy agresivo, nunca fue su intención hacerlo sentir mal.
— No, Itto, no arruinaste nada, esta clase de accidentes siempre pasan —
Puso su mano sobre el brazo de Itto mientras le sonreía buscando su mirada.
— ¿En serio? — preguntó el oni cuando volteó a verlo — No lo dices solo para hacerme sentir bien ¿Verdad? —
Gorou soltó un par de risas
— Te lo juro, incluso a mi me ha pasado — bajó de nuevo la mirada para seguir atendiendo su tobillo — Mira, termino de vendarte y nos recargamos un rato en la sombra para comer antes de bajar ¿Te parece? —
— ¡Si! Es una increíble idea, muero de hambre —
Respondió con una sonrisa en su rostro mientras reía fuertemente y tocaba su estomago.

Cuando por fin terminó de vendar el pie del oni, se habían recargado en una sombra y comieron unos lonches que Gorou había hecho.
— ¡Te quedaron muy ricos! —
Gritó Itto aun con comida en la boca
— Gracias —
Respondió el general con una sonrisa nerviosa.
No sabia que tema sacar para platicar, el silencio se empezaba a poner incomodo.
— Y... dime Itto... ¿Qué estarías haciendo hoy si no estuvieras aquí? —
El oni lo volteó a ver mientras terminaba de masticar la comida que tenia en la boca.
— Pues... Lo mas probable es que estuviera entrenando a mis escaradiablos — inmediatamente se incorporó y se veía muy emocionado — ¿Sabes? Rey Escarlata se ha vuelto muy fuerte, así que ambos ayudamos a otros escaradiablos a ser mas fuertes —
A Gorou le parecía muy tierno ver a Itto hablar sobre escaradiablos, se emocionaba mucho y hasta sus ojos parecían brillar intensamente.
— Suena divertido, tal vez un día puedas enseñarme a... —
Antes de que Gorou pudiera acabar la frase, el oni ya estaba casi sobre él, envolviendo sus manos con las suyas, su rostro tan cerca del general que sus frentes casi chocan.
— ¡SI! SI SI SI, POR SUPUESTO QUE SI — Itto había levantado la voz aun mas fuerte que antes — Puedo enseñarte a entrenar escaradiablos y ponerlos a pelear, incluso podemos buscar un buen escaradiablo para ti, se donde encontrar los mejores, le ponemos un nombre increíble y entrenara junto con el mío, incluso lo podemos inscribir en todos los concursos de escaradiablos y... —
El oni seguía hablando emocionado, sin embargo el general se había perdido en sus dientes, o mas bien, en sus colmillos; nunca había visto los colmillos de Itto tan cerca, como la saliva caía de ellos cada vez que cerraba y abría la boca, el movimiento de su lengua, como a veces mordisqueaba su labio inferior, incluso por algunos momentos venían a su mente imágenes de aquellos colmillos encajándose en partes de su piel, en su cuello, sus hombros, su brazo...
—  ¡No! —
Con un movimiento muy agresivo Gorou se alejó inmediatamente del oni, se había percatado de la clase de pensamientos que estaba teniendo en ese momento, y no estaba orgulloso de ello. Sacudió su cabeza de un lado a otro tratando de sacar esas imágenes de su mente, fue cuando se dió cuenta de la expresión de Itto; estaba mirándolo sorprendido y un poco decepcionado, sus ojos se veían tristes, incluso parecía estar aguantando un par de lágrimas.
El sentimiento de culpa que tenía Gorou en ese momento le pesaba en el pecho, su reacción no tenía nada que ver con la conversación del oni, pero no sé lo podía decir.
— No es que yo no quiera ir a entrenar escaradiablos contigo Itto, te juro que me encantaría, es solo que... — el semblante de Itto había cambiado por completo, de estar emocionado y feliz ahora estaba decaído y silencioso — cuando grite que "no" me refería a... A.... Bueno yo... Me refería... ¡A tu pie! ¡Si! Es que estás recargándote mucho sobre él, tu tobillo sigue lastimado, no deberías moverte —
Itto volteó a ver su tobillo un poco confundido, y ahora que su emoción había bajado comenzaba a resentir el dolor por recargarse en su pie. Rápidamente se acomodó y acercó su pie tanto como pudo a su pecho, tratando de calmar su dolor, pero solo lo empeoraba provocando que empezará a quejarse cada vez más.
— ¡Ay, me arde! —
— Itto tienes que bajar tu pie, no lo muevas ni lo toques tanto, te estás lastimando más —
El Oni obedeció la sugerencia de Gorou y estiró su pie, recargándolo en el suelo.
Las lágrimas que contenía hace unos momentos comenzaron a salir, Itto las secó rápidamente.
— ¿Los lonches que trajiste tenían frijoles? Es que me hacen alergia —
— Eh... No, yo no... — pensó por unos momentos en la situación y se corrigió a su mismo inmediatamente — a si, si unos tenían frijoles, lo siento Itto —
— Esta bien — contesto Itto con un tono bajo, pero inmediatamente volvió a emocionarse — ¡Tenemos que buscar un escaradiablo para ti! —
Gorou sonrió con alivio al ver su animo recuperado.
— Si, pero no será hoy, tenemos que esperar a que tu tobillo se mejore —
— Ah, si, si, mi pie... Y ¿Cuánto tiempo será eso? —
— Un par de días, yo creo —
— ¡¿Un par de días?! ¿Entonces no me podré mover en un par de días? —
El general volteó a verlo con un rostro serio
— Así es Itto, lo mejor será que no muevas mucho tu pie en un par de días ¿Entendido? —
El oni bajó la mirada e hizo un puchero.
— De acuerdo —
Contestó con un tono desanimado y un poco molesto a la vez. Gorou hizo todo lo posible por no reírse en ese momento.
— Muy bien, vayamos bajando la montaña — comentó mientras se ponía de pie — iremos despacio para que no te lastimes, en lo que llegamos a la orilla de seguro da la hora para que vuelva el bote —
— ¿Qué vuelva el bote? —
Pregunto Itto mientras le ayudaba a guardar las cosas en su mochila.
— Si, le dije que mas o menos volviera a esta hora —
Gorou ayudo a Itto a ponerse de pie.
— ¿Había que decirle que volviera? —
El general lo miró atónito por unos segundos
— Itto ¿No le dijiste al bote que te trajo que volviera por ti? —
— Ah... yo... ¿No? —
El oni se encogió de hombros, como tratando de ocultarse de algún tipo de "regaño".
— ¿Y cómo se supone que ibas a volver? —
— Bueno eso lo solucionaría en su momento —
Respondió orgulloso mientras reía
— Ay Itto, esta bien, me iré contigo a Narukami, así te ayudo a llegar hasta tu casa, y después volveré a Watatsumi —
Después de aquella conversación ambos comenzaron a bajar el tramo de montaña que habían escalado. Gorou iba sosteniendo al oni por un lado, busco una forma de seguir un camino que fuera descendiendo, para que Itto no tuviera que recargar tanto su pie.
Cuando llegaron a la orilla de la isla se sentaron unos momentos esperando a que el bote llegara por ellos.
El tramo de la isla Seirai a Narukami era aun mas largo que llegar a Watatsumi, así que el traslado seria mas tardado. En ese momento ya había pasado de mediodía, Gorou calculaba que tal vez harían un par de horas... o mas, así que estaba dándose la idea que volvería de noche para su casa.

— Lamento haberte hecho venir hasta acá, Gorou —
Habían llegado a Narukami, el bote termino haciendo poco mas de 3 horas para llegar.
— No te preocupes Itto, tampoco es que tuviera planes para hoy en la tarde, así que no tengo prisa —
El oni se separó de Gorou, y comenzó a caminar solo.
— Yo puedo seguir solo, mira ya no me duele —
Hizo una pequeña mueca de dolor cuando piso con el pie lastimado.
— No, no puedes — Gorou lo tomó del brazo, obligándolo a acercarse — bueno, si puedes, pero no debes, hay que hacer lo posible por que tu pie no se lastime mas —
— Es que... yo —
El general miro a Itto un poco confundido
— ¿Qué sucede? —
Un leve sonrojo apareció en el rostro del oni
— Es solo que... no quiero recargarme mucho en ti, siento que te voy a aplastar —
Gorou lo miró en silencio unos segundos, y después su rostro también se sonrojo.
— Ah n-no pasa nada, en serio — volteo hacia otro lado, evitando la mirada del oni — no eres tan pesado como crees —
Rió con nerviosismo.
Ambos caminaron en silencio hasta la casa de Itto. Cuando llegaron encontraron a la banda Arataki afuera.
— ¡Jefe! ¿Qué le pasó? —
Los tres chicos caminaron deprisa hacia él y le ayudaron a caminar para entrar a la casa.
— ¡Ja! ¿Esto? Esto no es nada, solo es... —
— Ya sabía que algo así iba a pasar —  La voz de Shinobu lo interrumpió — lamento que te haya causado molestias —
Comentó mientras miraba a Gorou y seguía caminando hacia Itto.
— ¿Qué? Yo no cause molestias, no sabes lo que pasó Shinobu —
— Seguramente no seguiste las indicaciones de Gorou y te lastimaste... ¿O me equivoco? —
El rostro del oni demostraba que ella había adivinado por completo la situación.
— No es cierto Shinobu, de seguro el jefe entró en una pelea muy intensa y alcanzaron a  lastimarlo ¿Verdad que si jefe? —
Uno de los chicos volteó a verlo con orgullo en el rostro, esperando que su teoría fuera cierta.
— Ah, yo... Bueno —
Itto desvió la mirada tratando de ocultar el sonrojo de su rostro.
— S-si, es verdad — la voz de Gorou hizo que todos voltearan a verlo — el... Bueno es que unos... Unos sabuesos nos atacaron y el me defendió... Y después... Bueno después... ¡Ah si! Llegaron unos samurais también y lo atacaron —
Todos lo miraron en silencio unos segundos, provocando que se sonrojara.
— ¡Eso jefe! ¡Usted es el mejor! —
Gritaron los 3 chicos al unísono.
— Por supuesto que soy el mejor, soy un Oni, yo puedo contra todos los sabuesos o samurai que quieran molestar a mis amigos —
Comenzó a reír fuertemente mientras los demás chicos de la banda Arataki lo ayudaban a entrar a la casa.
— No deberías consentirlo así — comentó Shinobu soltando un suspiro — pero gracias —
Gorou simplemente sonrió y la vió entrar. Se quedó inmóvil unos segundos y pensó en que no era buena idea que se quedará, seguramente terminaría estando de más, así que dio media vuelta y comenzó a caminar.
— ¡Gorou! ¿A dónde vas? — Itto se había asomado por la puerta — quédate a cenar, la abuela oni va a cocinar... ¡Ay! —
Se había lastimado por recargarse en su pie.
— ¡Jefe! Ya le habían dicho que no se moviera —
Shinobu gritaba desde dentro.
— Ah... Yo, no sé si sea buena idea —
Contestó Gorou mientras seguía caminando
— Por supuesto que es buena idea ¡Vuelve aquí! O haré que Shinobu vaya por ti —
Un extraño miedo paso por la espalda del general, algo le decía que no era buena idea hacer enojar a la segunda al mando.
— E-esta bien —

Cartas para el general (Ittorou) BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora