SEIJAKU ━━JJ Maybank [CANSELADA]

chapter zero

Chapter zero
The beginning of a new fear

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Years ago...

-Si de suerte hablamos, Jack Roy se llevó toda la suerte del día de hoy con uno de los mayores puntajes de la categoría menores de catorce. ¿Pero podrá Jack Roy lograr derrotar a Will Walker? Esto lo veremos ahora- narró el presentador mientras se mostraba por las televisiones del lugar como Jack esperaba sentado en su tabla a la ola indicada

Una vez que Jack creyó ver la ola indicada, la tomó y logró hacer un perfecto tubo, el cual consiste en deslizarse por el tubo que crea la ola al romper y permanecer el mayor tiempo posible dentro de él.

Toda la multidumbre quedó impresionados, tanto así que se lograron escuchar aplausos y silbidos de victoria por todo el lugar, demostrando lo felices que estaban por el niño.

Atenea, con una sonrisa de oreja a oreja volteó a ver hacia una de las televisiones que había en el lugar, donde se estaba repitiendo el truco de su hermano. Luego de la repetición, se mostró al pequeño Jack subido en su tabla, festejando por haber logrado hacer el truco que tanto le costaba, pero en un abrir y cerrar de ojos, Jack no estaba.

El lugar se tornó en un angustiante silencio al haber visto como un tiburón había tomado el brazo de Jack y tiró de éste, llevándolo a la profundidad, donde lo tuvo por segundos que parecieron horas ante los ojos de la familia Roy.

-¡Mamá!- chilló Atenea mientras se acercaba a Samantha, sintiendo las lágrimas comenzar a desprender de sus ojos -. ¿Mamá?- murmuró ésta al ver el estado de shock de su madre y padre -. Hagan algo, por favor- pidió, pero ninguno hacia nada, generando más angustia en Atenea, la cual no lo pensó más y comenzó a correr hacia el mar, donde fue retenida por hombres de la guardia costera -. ¡Sueltenme!.

-¡Mi hijo!- gritó Samantha una vez logró salir de ese trance, comenzando a copiar el gesto de su hija de meterse en el mar e ir a por su hijo, pero también fue detenida -. ¡No, no! ¡Mi bebé!.

Adam no tardó en acercarse a su esposa, alejando a ella y a su hija del agua mientras esperaba pacientemente a que paramedicos volvieran con su hijo, el cual volvió, pero no en las condiciones y estado que la familia Roy planeaba.

Samantha fue la primera en acercarse, teniendo un poco de fe en que su hijo aún seguía vivo, pero esa fe desvaneció en cuando escuchó esas palabras salir de los labios del paramedico.

-Lo siento mucho- se disculpó un paramedico mientras comenzaba a tapar el cuerpo del pequeño con una bolsa que le había entregado su compañero de trabajo.

Atenea fue alejada del cuerpo inerte de su hermano mientras su padre soltaba palabras consoladoras a su hija, pero eso no parecía generar nada en la pequeña.

Esta cerró sus manos en forma de puño, dejándose sentir el contacto de sus uñas contra sus palmas así lograba contener un grito que tenía atorado en su garganta, pero fue imposible cuando volteó a ver a su padre y notar que este desprendía pequeñas lágrimas, luego ver a su madre llorarle al cuerpo sin vida de su gemelo, y para finalizar, terminó mirando hacia el mar donde había ocurrido tal tragedia y terminó notando como yacía la tabla de Jack en la orilla de la playa.

Atenea terminó gritando desesperadamente al caer en cuenta de todo, al caer en cuenta de que ahora ya nada sería como antes. La rizada dio pasos acelerados hacia el cuerpo inerte y cuando estuvo a escasos centímetros, recostó su cabeza en el pecho de su hermano, el cual ahora estaba cubierto por una bolsa.

-No me dejes, no me dejes, Jack- pedía Atenea mientras sentía como la respiración le comenzaba a fallar.

-Saquen a la niña, por favor- pidió uno de seguridad, a lo cual sus compañeros de trabajo asintieron y tomaron a Atenea de ambos brazos para luego alejarla lo suficiente como para que pudieran retirar el cuerpo del lugar.

-¡No! ¡Jack! ¡No me dejes, Jack!- gritaba la menor de los Roy, pero al cabo de unos minutos de súplicas, llantos y gritos, Atenea paró. Ya no le quedaban fuerzas para gritar, suplicar o incluso llorar.

Esta ahora solo se dejaba abrazar por su madre y padre mientras se repetía firmemente que no volvería a entrar al mar, porque se conocía, y sabía que apenas pusiera un pié en el agua, todo sobre la muerte de su hermano asecharia su mente.

Sin darse cuenta, Atenea había desbloqueado un nuevo miedo que sí, era el miedo o fobia al mar. Pero habia algo más. En el fondo de los sentimientos de Atenea descansaba el miedo a perder tragicamente a otra persona importante para ella, lo cual creía imposible, pero todo es posible en la vida, al igual que perder a personas que tantos queremos y apreciamos.