Parte 5

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social donde puedas ir por ti mismo. Cuando llegues al escritorio principal, pregunta por visitar a aquel que se hace llamar El Holder de la Ruta.

El trabajador intentará ocultar su mirada de indiferencia de su cara mientras te entrega una llave la cual, él explicará, pertenece a un cuarto de suministros sin usar en el edificio (si sólo fuera así de simple).

Cuando localices y abras la puerta correcta, encontrarás un estrecho y ventoso camino suspendido en un vacío sin fin, solo ocasionalmente roto por los masivos contornos de cosas que es mejor no describirlas.

Caer de este camino es ser lanzado fuera de la realidad. Una eternidad de pesadillas de inconcebible horror espera a cualquiera que caiga en el vacío por su propio error o si es arrastrado del paso por las monstruosidades sin tiempo que residen en las afueras de la creación. Si alguna vez sientes que te están observando mientras pasas a través de esta pieza de olvido, lo mejor que puedes hacer es inmediatamente congelarte en el lugar y retener el aliento. Continúa así hasta que la audiencia pierda interés en ti o clamen por que te muevas. Si ocurre lo último, siéntete libre de gritar tan fuerte como quieras, tus gritos caerán en oídos sordos.

Eventualmente el camino acabará en una puerta; cuando la abras encontraras un pequeño y sucio cuarto. Sostenido contra la lejana pared estará un pesado cuerpo demacrado; lo que queda de su piel ha sido ennegrecida por la necrosis. No habrá nada más inusual a menos de que te le acerques y preguntes:

"¿Cómo Ellos adquirieron guardianes?"

Si la línea dicha es pronunciada, el "cuerpo" comenzará a moverse. Una sutil luz roja emanará de las cuencas de sus ojos, alzará su cabeza y comenzará a susurrar la larga y macabra historia de los Holders. Hablará de pactos profanos y atrocidades impronunciables.

Dentro del tiempo, esta historia tocará cada forma de maldad conocida por hombres o dioses (y algunas entidades del más allá). Además, si es dado el título de cualquier Holder, revelará su historia y el significado del Objeto que protege. Bueno, casi todos los Holders.

Como verás, nunca hablará en detalle sobre sí mismo. Esto es porque el espectro espera que el visitante no pregunte, porque pareciera que falta un Objeto. La verdad sea dicha, es el Objeto que de alguna manera está sellado en su cráneo, y la ominosa luz de dentro de las cuencas de sus ojos es realmente la luz brillante del Objeto atrapado dentro.

Ese es el Objeto 7 de 538. Su Holder hará lo que sea para mantenerte lejos de él.


En cualquier ciudad, en cualquier pueblo, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social donde puedas ir por ti mismo. Cuando llegues al escritorio principal, pregunta por visitar a aquel que se hace llamar El Holder de la Riqueza. El trabajador alzará una ceja, como si estuviera confundido por tu pedido. Pregunta una segunda vez, y el trabajador se encogerá de hombros y te llevará por la calle, donde una opulenta mansión espera. Esta mansión no estaba ahí cuando iniciaste tu misión, pero es mejor que no te preocupes por el origen de ésta. Su dueño puede más bien no asustarte.

Dentro de la puerta del frente estará una gran escalera, en espiral hacia arriba cruzando el lugar. Las paredes estarán cubiertas por finas pinturas, y una gran estatua de mármol estará en un pedestal en la base de las escaleras. Los rasgos de la estatua de Eldritch evocarán una imagen de una horrible bestia. Admírala cuanto quieras, pero no la toques, a menos que quieras despertar a este hambriento monstruo.

Asciende la escalera. Mientras no toques nada, no estarás en peligro. No entres en pánico. En la cima de las escaleras estará una pequeña y desasumida puerta de madera. Se abrirá para ti, así que no tengas miedo.

Verás a un hombre con una perilla puntiaguda y un cabello corto, muy corto y con gel parado detrás de un gran escritorio de lo que parece ser caoba. Su traje parecerá ser de carne humana y tela italiana. El quizá hable, y con gran longitud. Hablará sobre su asombrosamente y hermosa casa y su encantadora estatua de su conviviente descansando en la parte baja de las escaleras. No lo interrumpas, y no respondas ninguna de las preguntas que pueda hacer. Cuando acabe, endurécete y confiadamente pregunta:

¿Puedo tener mi salario?

El procederá a explicarte, en gran detalle, el valor de la vida. Hablará de cosas peores que la muerte, y te dirá exactamente que espera que hagas; el fabuloso interior del cuarto se irá pudriendo, y el piso se convertirá de texturas francesas, a heces. Su propia apariencia se volverá inimaginablemente horrenda. El entonces tomará una pequeña nota bancaria de dentro de su traje humano y te la dará.

Esa nota es el Objeto 8 de 538. Su Holder cuenta contigo para que lo gastes.



En cualquier ciudad, en cualquier pueblo, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social donde puedas ir por ti mismo. Cuando llegues al escritorio principal, pregunta por visitar a aquel que se hace llamar El Holder de la Riqueza. El trabajador alzará una ceja, como si estuviera confundido por tu pedido. Pregunta una segunda vez, y el trabajador se encogerá de hombros y te llevará por la calle, donde una opulenta mansión espera. Esta mansión no estaba ahí cuando iniciaste tu misión, pero es mejor que no te preocupes por el origen de ésta. Su dueño puede más bien no asustarte.

Dentro de la puerta del frente estará una gran escalera, en espiral hacia arriba cruzando el lugar. Las paredes estarán cubiertas por finas pinturas, y una gran estatua de mármol estará en un pedestal en la base de las escaleras. Los rasgos de la estatua de Eldritch evocarán una imagen de una horrible bestia. Admírala cuanto quieras, pero no la toques, a menos que quieras despertar a este hambriento monstruo.

Asciende la escalera. Mientras no toques nada, no estarás en peligro. No entres en pánico. En la cima de las escaleras estará una pequeña y desasumida puerta de madera. Se abrirá para ti, así que no tengas miedo.

Verás a un hombre con una perilla puntiaguda y un cabello corto, muy corto y con gel parado detrás de un gran escritorio de lo que parece ser caoba. Su traje parecerá ser de carne humana y tela italiana. El quizá hable, y con gran longitud. Hablará sobre su asombrosamente y hermosa casa y su encantadora estatua de su conviviente descansando en la parte baja de las escaleras. No lo interrumpas, y no respondas ninguna de las preguntas que pueda hacer. Cuando acabe, endurécete y confiadamente pregunta:

¿Puedo tener mi salario?

El procederá a explicarte, en gran detalle, el valor de la vida. Hablará de cosas peores que la muerte, y te dirá exactamente que espera que hagas; el fabuloso interior del cuarto se irá pudriendo, y el piso se convertirá de texturas francesas, a heces. Su propia apariencia se volverá inimaginablemente horrenda. El entonces tomará una pequeña nota bancaria de dentro de su traje humano y te la dará.

Esa nota es el Objeto 8 de 538. Su Holder cuenta contigo para que lo gastes.




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