𝐗𝐕𝐈

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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕𝐈

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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐕𝐈

Veintiocho, veintinueve, cuatro

- War Of Hearts.

⋇⋆✦⋆⋇

Benedict se fue muy temprano de la habitación de Anna, justo cuando apenas amanecía y los pájaros aún no cantaban.
No deseaba que los vieran así, no hasta que se casaran.
Lo había logrado, se casaría con ella, compartirían su vida juntos para siempre, no había nada que a Benedict le borrara esa felicidad que sentía.
En cuanto se levantó, se puso su ropa, sin ordenarla ni nada, su habitación estaba sólo al fondo del pasillo.
Antes de irse, le dio un cálido beso en la frente a Anna, pero ni siquiera se inmutó, estaba exhausta.
Con una sonrisa, Benedict salió de ahí con cautela, pisando sin hacer ruido.

Hasta que llegó a su habitación y se encerró. Mañana le dirían a su madre, y aunque sabía que Anna tendría que hablar con la suya, él estaría ahí si eso requiriese.
Estaba contento, feliz, no podía ni describir el nivel de su plenitud.
Estaría con ella, todo lo que él quería. No le importaba lo que la corte pensara, y tampoco le importaba pasar de ser el segundo hijo a tener responsabilidades.
Nada le importaba, porque estaría con ella, y ella era todo para él.
Así se quedó dormido, pensando en ella, como si la noche juntos no hubiera bastado.

"Clop, clop", el sonido de los cascos de los caballos resonaron fuera de su casa.
Eso lo hizo levantarse de un salto. ¿Cuanto había dormido? Sintió que había sido muy corto.
Benedict se apresuró hacia la ventana, y vio que el cielo apenas y estaba aclarándose, los pájaros ya cantaban.
Probablemente no había pasado ni una hora desde que dejó la habitación de Anna.
Entonces miró hacia afuera, esta vez, en la entrada de su hogar.
Un carruaje real... se estaba yendo.
No, no podía ser posible, no.

Benedict se abotonó la camisa y bajó corriendo por las escaleras, le daba igual si estaba media sociedad despidiendo a la princesa.
Benedict casi tropieza con las escaleras alfombradas solo para llegar al vestíbulo.
Cuando llegó, toda su familia estaba ahí, viendo por las pequeñas ventanas como alguien se iba.
Era ella, se estaba yendo, lo sabía dentro de su ser.
¿Se había arrepentido de lo sucedido? Por Dios, si era eso, a Benedict se le derrumbaría el mundo entero.
Su familia sólo lo notó cuando en voz alta le habló al mayordomo.

—Wickham, mi caballo —. Expresó, metiendo su camisa en las calzas mientras uno de los sirvientes corría a por una chaqueta.

—Wickham, no traigan nada —. Dictó Anthony, un poco más alto que él. Los sirvientes se detuvieron.

—Wickham, por favor —. Pidió Benedict, y sirvientes volvieron a ponerse en marcha.

—¡No, mi madre y yo somos la cabeza de esta casa y nos obedecerán a nosotros! —. Gritó Anthony. Los sirvientes volvieron a parar.

𝐖𝐚𝐫 𝐎𝐟 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 • 𝗕𝗿𝗶𝗱𝗴𝗲𝗿𝘁𝗼𝗻Where stories live. Discover now