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Matías no paraba de llorar, era un llanto angustiado y lo veía tratar de no hacer ruido, se me ocurrió algo para que se relaje y la adaptación sea más sencilla para todos, de la agencia recomendaban la compra de un "amiguito de compañía" era un peluche que buscará ser amigable, pero cada vez que detectaba los latidos del corazón más acelerados de lo normal, soltaba un vapor con un olor tranquilizante y familiar para el que lo usaba, dejándolo medio conciente.
Lo compre en forma de dinosaurio, realmente no sabía que podía gustarle, cuando revise el aroma recomendado para Ignacio me reí, era olor a chicle de sandía.
Entre a la habitación y deje el peluche en la cama, él me miro pero ni siquiera le di tiempo a asustarse, solo me fui.

[...]

Ecko.

Miraba confundido el peluche, estaba asustado pero era tan bonito, de chico tuve muchos juguetes de dinosaurios, los vestía y jugaba a que eran familias, lo agarre y era extremadamente suave, tenía olor a sandía y nose porque me hizo sonreír, ya no lloraba, era como si todo se hubiera adormecido, hasta el miedo, lo abracé y me acosté cansado.

𝙋𝙍𝙀𝙏𝙏𝙔 𝘽𝙊𝙔 - 𝘺𝘴𝘺 𝘢 + 𝘦𝘤𝘬𝘰Where stories live. Discover now