UNO

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—Tengo miedo —expresó Blair.

—No deberías, nada va a pasarnos —le dijo Jungkook, poniéndose cómodo en su lado del asiento.

Ella respiró nerviosa y se abrazó a sí misma para consolarse debido al temor que la abarcaba. No podía creer que él estuviese tan tranquilo después de lo ocurrido. Hubo un fallo en la mecánica de las sillas en las que se transportaban hacia el otro extremo de la colina, donde quedaba el hotel, y a pesar de oír mediante los altavoces que retomarían el curso pronto, aquello se estaba tardando más de lo debido.

Lo que la ponía inquieta al estar varados en medio de la nada a varios metros del suelo, sin algo más que sus chaquetas y un par de luces lejanas haciéndoles compañía. Porque sus amigos se les habían adelantado y seguramente ya debían de estar dentro del jacuzzi que a ellos también los estaba esperando. En aquel instante, Blair daba lo que fuera por cambiar de lugar con alguna otra persona, viendo lo temerosa que era ella en cuanto a las alturas.

Sin mencionar que el joven a su lado era su ex novio desde hace un par de años, y a pesar de la comodidad con la que llevaban su relación, estar solos resultaba un tanto inoportuno.

—¿Cuándo arreglarán el sistema?

—En un rato. No tardarán mucho.

A ella continuaba sorprendiéndole su estado tan sereno. Por poco se lo decía dando un largo bostezo que precedía una tierna siesta. Lo miró sin entender su actitud, aquello era muy peligro.

—¿Cómo puedes estar tan relajado? Si hay una brisa fuerte podríamos caer —mencionó preocupada.

—Una brisa... —Su mano encontró la barra protectora y empezó a agitarla rápidamente— ¿así?

Blair se agarró de los bordes metálicos de la silla como si su vida dependiera de ello mientras cerraba sus ojos con fuerza. Esperó a que se detuviera para poder encararlo con un rostro fúrico.

—¿Qué te sucede? ¿Te volviste loco? —expresó casi a los gritos.

—Solo quería demostrar que no pasaría nada. Y ya viste, no pasó nada.

Jungkook se cruzó de brazos y volvió a descansar la espalda en el asiento. Entre tanto, ella cubrió su rostro con sus frías manos y soltó un pesado suspiro que dejaba salir ese susto horrible; sentía que el corazón le latía tan fuerte que le golpeaba el pecho a martillazos. Aquello había sido despiadado, si él conoce bien sus debilidades por la elevada altitud.

El asunto le afectó tanto, que aún intentando controlar sus emociones, comenzó a sollozar bajo sus manos. Tonta. Se sentía muy tonta. Por lo que se giró para evitar que Jungkook lo notara, pero el gesto fue tardío. Él frunció el ceño y le apartó aquello que tapaba su pálido rostro, hallando así, ojos cristalizados y una nariz roja, y no precisamente por el helado clima.

—¿En serio estás llorando por eso? —le preguntó asombrado.

—Déjame —Se rodó en el asiento para alejarse de él. Al menos, lo que podía.

—Fue una broma estúpida, Blair.

—Tú sabes que odio las alturas —le dijo, apartando la vista de él.

Después, ella juntó sus manos a la altura de su cuello y las frotó contra sí mismas, gracias a que el inclemente ambiente las estaba congelando.

—De acuerdo, fue tonto de mi parte, lo siento —se disculpó, reconociendo su error—. ¿Y dónde están tus guantes? —inquirió, viendo lo que hacía para darse calor.

—No sé —le contestó y sorbió su nariz.

—Siempre tan despista... Los dejaste en el restaurante, ¿verdad? 

—Tal vez.

—¿Cómo pudiste dejarlos? Te los regalé en Navidad —se quejó enojado.

—¿Y tú cómo sabes que son esos?

Esta vez lo miró.

—Los reconocería de aquí a la China —le aseguró—. Los compré especialmente para ti sabiendo lo mucho que te gustan los muñecos de nieve. Eres la única persona que conozco que usa prendas con ese estampado, aún cuando no llega esa época. Claro que son esos —reafirmó.

Blair guardó silencio.

No esperó que Jungkook recordara su gusto por el íconico personaje, y mucho menos, que tuviese en mente que aquellos eran los mismos guantes que él le había obsequido durante su primera Navidad juntos en el apartamento que compartían.

—¿Qué pasa? Te veo sorprendida. Aunque sabes bien que tengo una excelente memoria —le dijo y observó sus manos nuevamente—. ¿Quieres que te de los míos?

—Estoy bien así.

—No lo creo. Ven.

Él se quitó los guantes rápidamente, exponiendo los tatuajes que tenía en el dorso derecho de su mano, y con ella agarró a Blair para colocarle los guantes. Así notó lo congeladas que estaban sus manos, en comparación a las suyas, tan tibias y suaves. En definitiva ella debía tenerlos; aunque le quedaban bastante grandes.

—Tienes tatuajes nuevos —expuso ella.

—Algunos, sí. Como la carita sonriente.

—Me refiero a que no tenías ninguno cuando estábamos, ya sabes...

—¿Saliendo? —culminó él, causándole una sonrisa tímida— Bueno, adquirí un gusto por ellos en los últimos meses.

—No me había percatado.

—Es reciente. Pero casi culmino todo mi brazo derecho, quiero una manga entera en él —dijo, señalándolo con entusiasmo—. Unos cuantos más y la termino.

—¿En serio? —preguntó impresionada.

El último recuerdo que tenía de su piel era la de un lienzo en blanco, además de unos pocos lunares esparcidos por ella cuidadosamente. Por lo visto, Jungkook se había vuelto unos de esos chicos malos con tatuajes y piercings, ya que también alcanzaba ver un par de ellos decorando su rostro. De los cuales se había percatado, por supuesto, pero ahora los veía de otra manera...

—En el jacuzzi lo verás —le advirtió con una sonrisa pícara y volvió a recostarse en su asiento tranquilo, como ya era característico en él.

A ella le recorrió un extraño escalofrío por el cuerpo después de oírlo decir esas palabras. Y quizá, no se debía a las bajas temperaturas que los abrazaban en la soledad de aquella montaña.

| 𓂅 ༘  ❄️  ༘𓂅 |

19.3.24

✨ Nueva historia ✨

Planeo que esta sea cortita, ya que la idea provino de un one shot que había estado pensado...

Y aprovechando que en estos días estoy muy inspirada, quiero subir las historias que he tenido en borradores durante mucho tiempo.

Espero que les guste.

♥️♥️♥️

Recuerdos en la nieve » j.jkWhere stories live. Discover now