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Los fines de semana siguientes continuaron así: Clara enseñándoles a cocinar, los tres riendo y una extraña complicidad entre Enzo y ella. Cole los observaba, atento.

Principalmente hacían cosas básicas, pero partiendo de la misma base: amasar. Panes, pizzas, pasta. Todo sencillo, pero que requería práctica para que saliera bien.

En una de esas tardes, Enzo preparó la masa de pasta muy dura, ya no había forma de recuperarla. Sin embargo, la de Cole estaba en el punto justo. Clara se acercó a él, sonriendo y le dio una leve palmada en el hombro, en forma de celebrarlo.

Enzo se dio por vencido, dejando a un lado la cosa extraña que había hecho de masa, mirando como Clara y Cole terminaban de preparar la suya. Ambos reían y se tocaban las manos, mientras estiraban en conjunto la preparación.

So, it's good? —preguntó Cole, con un divertido acento.

Clara asintió, dejando a un lado la masa estirada. Sacó entonces un molde de sorrentinos, iba a llevar la pasta a otro nivel. Y como vio que Enzo estaba frustrado, le propuso hacerlo a él.

— ¿De qué te gustaría que sea el relleno? —le preguntó Clara.

— No sé, siempre como de jamón y queso, ¿qué podemos preparar que no sea tan básico? —contestó Enzo.

— Sh, acá nada es básico, solo... clásico —lo retó ella— Si querés podemos hacer algo más elaborado, ¿te gustan los champiñones?

Enzo asintió, entonces Clara lo puso a picar distintas verduras y a sofreír alguna de ellas. Le indico al jugador como cortar los champis, en finas láminas y luego en cubos.

El jugador se dedicó a preparar el relleno y una vez que estuvo listo, había que esperar que se enfriará para poder ponerlo dentro de la pasta y que esta no explotará en la cocción.

Enzo se puso a preparar mates, a los cuales Cole ya se estaba acostumbrando. Él compartía uno o dos con ellos, pero luego le empezaba a caer mal y los dejaba tomando solos. Le gustaba observarlos hablar, como si se conocieran de toda la vida.

Enzo se reía de una idiotez que Clara había dicho, cuando su teléfono empezó a sonar. Era una llamada, de Argentina.

— Perdón, tengo que atender esto —se disculpó él, mientras salía de la cocina.

Lo que Clara ni Cole sabían es que Enzo quería las clases de cocina para impresionar a alguien. Y ese alguien llegaría en apenas unas horas a Chelsea.

Cuando el jugador volvió a la cocina, los ojos le brillaban de felicidad y parecía más entusiasmado que antes, a pesar de que su masa no haya salido bien.

— Everything good? —preguntó Cole.

— Sí, va a venir alguien muy especial para mí —le comentó Enzo en spanglish— Gracias por todo Clari, espero sorprenderla.

"Sorprenderla" pensó Clara, así que se trataba de una mujer. Cole intercambió miradas con ella, mientras que Enzo los ignoraba mirando su celular como idiota. Clara se encogió de hombros, pensando en quién podía ser, pero decidió ignorar lo que le pasaba.

Enzo volvió a salir de la cocina, otra vez con el celular en mano, dejando a Cole y Clara a solas. Por lo que los dos terminaron de armar la pasta y cerca de las 20 hs, ya estaban cenando, solos.

— Está delicioso —dijo Cole.

— Es tu obra de arte —bromeó Clara— Bien, ahora vamos a puntuar.

Ella se llevó un bocado del sorrentino a la boca, masticando con cuidado. Estaba un poco caliente, pero aguanto como una campeona mientras saboreaba con paciencia todo el relleno.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴄʜᴇʟꜱᴇᴀ ꜰ.ᴄ. | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora