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Llegó el lunes y Clara fue al trabajo como siempre. Enzo no estaba en casa, por lo que trabajó en silencio toda la mañana, preparando el desayuno para toda la semana. Empezó por panes y mermeladas, y luego fue al mercado a comprar fruta y verduras para los próximos tres días.

Durante el mediodía, Enzo tampoco apareció por la casa, por lo que Clara dejo el almuerzo preparado y se fue a su casa, esperando volver para el horario de la cena.

En el camino fue fumando un cigarrillo, pensando en toda la noche del sábado. Sentía ganas de contárselo a alguien, a Charlie, pero la chica ya no estaba en su vida y la extrañaba. Sacó su celular y abrió WhatsApp para hablar con su madre, pero a ella nunca le contaría que había cogido con un famoso jugador de fútbol.

Ya en su casa, se preparó un café y se sentó en el borde la ventana, observando al exterior. No podía parar de pensar en Enzo, en lo que le diría si se veían —cosa que pasaría— y cómo lo haría.

"Enzo, lo de la otra noche fue un error", pero no lo había sido. Ella había querido, lo había deseado desde hacía meses. Tampoco sabía bien qué esperar de todo lo que había pasado, su conclusión es que simplemente había sido una noche para sacarse las ganas y luego fingirían demencia, haciendo de cuenta que nunca pasó nada.

Volvió durante la tarde noche a la casa del jugador y se encontró con que este estaba rondando por la cocina, comiendo pan casero y tomando mates.

— Buenas noches, Clari —la saludó él apenas la vio.

— Hola Enzo —dijo ella, sería.

Ninguno de los dos dijo nada por un rato, mientras Clara preparaba todo para la cena. En silencio corto verduras y demás preparaciones, Enzo la miraba de vez en cuando, pero ocupaba casi todo su tiempo en mirar su celular.

La modelo que se cogía le escribía religiosamente todos los días, pidiéndole verse. Enzo no sentía ganas de hacerlo, pero esa noche finalmente desistió, aceptando encontrarse.

La chica llegó unos minutos más tarde, arreglada y maquillada, con ropa de moda y zapatos a juego. Clara le sonrió, pero esta no le devolvió el saludo, ignorándola.

— Al fin me aceptas una noche —dijo la chica, ignorando la presencia de la cocinera— Tenía muchas ganas de verte.

— Yo también, hermosa —mintió Enzo.

La chica intentó darle un beso en los labios al jugador, pero este la esquivó, llevando el mate a su boca.

— ¿Vamos a la habitación? —dijo Enzo fríamente.

La modelo aceptó sonriendo, le dio una mirada fugaz a Clara, como diciéndole "mira lo que puedo hacer y vos no", pero que la cocinera ignoró por completo, sabiendo lo que había pasado la noche anterior.

De la mano, los dos se fueron juntos al cuarto, con Clara observando desde lejos. Quería reírse, llorar o no sentir nada, pero simplemente se concentró en cocinar.

Escucho los gemidos de la chica por toda la casa, casi que haciéndolo a propósito, pero ya no le provocaba nada. Incluso podía imaginarse a Enzo, en todas las posiciones, y algo en ella se excitaba. Quería empujar a la modelo y meterse en su lugar, ser ella.

Terminada la cena, espero que el jugador terminara para poder servirle, pero, cansada de esperar, decidió irse.

— Más fuerte —pidió la modelo en un gemido alto.

— Hace silencio —le ordenó Enzo.

Embistió con fuerza dentro de ella, causándole algo de dolor, pero que la chica aceptó gustosa. Luego de unos minutos, tuvo su orgasmo.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴄʜᴇʟꜱᴇᴀ ꜰ.ᴄ. | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora