🌵Nopal🌵

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El valle de San Vicente no ha tenido más autoridad en la iglesia que las 8 monjas que viven ahí, Zita era una de ellas, dirigía las fiestas patronales y los velorios, pero este dia ha llegado un pastor nuevo.
–¡Padre Camilo!
–¡Buenas tardes!
A Zita a primera vista no le agrado el padre pero tuvo que aguantar para no obtener una reprimienda.
–Padre.
–Buenas tardes.
Cordialmente saludó Camilo, siguió de largo y saludo a las demás mujeres.

Las noches en San Vicente eran tranquilas, pero está no era una más del montón

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Las noches en San Vicente eran tranquilas, pero está no era una más del montón.
–¡Padre,padre!
Desesperados los lugareños azotaban la puerta.
–Zita, hija, ayúdeme a abrir la puerta.
–Si.
Con mucho esfuerzo pudieron abrirla y atender a los señores.
–¡Padre! Hallá, en el monte, hay una bruja, espanto a los chamacos hace ratito, no se les quita el susto ni con bolillo.
–¿Una bruja?
–¡Si, si!, una con los ojos rojos, rojos, como lumbre.
El padre miro a Zita y ella asintió.
–¡Ya vamos!
Grito Zita mientras agarraba una cantimplora de agua bendita.
–Tu y yo al frente, hay que cuidarlos.
–Si.
Con la gente detrás siguieron camino al monte, donde una luz roja brillaba con fuerza.
–Yo primero padre.
–Pero-
–¡Si!, discúlpenos padre, pero a Zita la conocemos más, sabe lo que hace.
A regañadientes el padre Camilo aceptó y con paso lento, Zita, subió al monte. Entre los árboles había una fogata a la cual se acerco. Justo en frente del fuego dislumbró una figura curvada, con una tela transparentosa y que muy apenas le cubria las piernas.
–Ehem...
Carraspeó.
–Disculpe usted, quisiera saber el porqué de asustar a estas buenas personas.
-¿Buenas personas?,¡Ja!, Quisieran ser buenas personas.
Una dulce y melodiosa voz salió de la mujer y Zita quedó anonadada.
–No lo creo "madresita".
La bruja volteó y a lo contrario de lo que imaginaba era hermosísima, su cabello negro parecía estar mal cortado y tal como Don Fausto dijo, sus ojos eran rojos.
–Digame,¿Qué quiere aquí?
–Que estos pinches viejos pagen por lo que hacen, pues sus "buenas personas" son unas mierdas.
–No...no hay necesidad de ese lenguaje...
–Ay madresita...
Aquella mujer se levantó del tronco en el que reposaba y caminó hacia la monja y la abrazó, clavándole levemente las uñas en la espalda.
–Dios no se va a enojar por unas palabritas.
Con temor, Zita, intento moverse, pero parecía que sus pies estaban plantados en el suelo.
-Yo...Hagamos un trato, deje a los niños en paz y llévese a los hombres que le atormentan el alma, ¿Porque los inocentes pagarían por los culpables?
–Tentador...Usted si sabe negociar...
La lluvia comenzó a mojar a todos al ritmo de las risitas de la bruja, la terminó de rasguñar la espalda de Zita y convirtiéndose en un pájaro enorme se alzó sobre la monja.
–¡Hasta luego madresita!
Así la bruja se llevó a Don Juan.

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Las próximas semanas pasaron tranquilas, ningún chiquillo se volvió a asustar ( a excepción de los hijos de Don Mario y Don Antonio, hombres por los cuales la bruja volvió) y nadie volvió como muerto del monte.
–Hoy es la misa, hija, ¿Estará?
–No padre, estaré con lo de las posadas que ya están próximas.
-Esta bien hija.
El pastor Camilo se sentía menospreciado y ofendido, ¿Cómo una monja sin experiencia pudo ahuyentar a una bruja?,¿Qué le dijo para que se fuera?, miles de preguntas rondaban por su cabeza al ver a Zita, como si nada hubiese pasado, tan campante y audaz.

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⏰ Última actualización: Mar 20 ⏰

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