Lujuria [ROMANCE 4] [Vol.1: Terminado - Vol.2 - 01/Septiembre.]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐂𝐢𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 & 𝐔𝐧𝐨

🤍✨ᴀᴄᴛᴜᴀʟɪᴢᴀᴄɪᴏɴ ɪ/ɪ✨

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ʏᴏ ɴᴀᴄɪ ᴘʀɪᴍᴇʀᴏ
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  Tenía planeado levantarme temprano, pero estaba tan agotada que cuando desperté una primera vez solo volví a cerrar mis ojos, sin embargo, estaba segura de que cuando lo hice Nathaniel aún estaba rendido a mi lado, ahora ya no estaba. Me fijé en la hora del reloj sobre la mesita de noche, apenas eran las ocho con treinta minutos am.

Bajé de la cama y tomé mi teléfono antes de salir de la habitación, los rayos del sol que resplandecía levemente se filtraban por el cristal, daba la impresión de ser un día agradable.

Rebusqué en la alacena de la cocina hasta dar con el café, me quedé de brazos cruzados recostada de la isla viendo atentamente el vaso de cristal llenarse; hasta que escuché el ascensor llegar, aun con mis brazos cruzados di media vuelta y poco después vi a Nathaniel, llevaba ropa deportiva y estaba algo sudado, la voz de Stefany salía de su teléfono el cual llevaba en la mano.

Se acerco y planto un beso en mi cabeza.

—Acabo de llegar, ella está aquí.

Me pasó su teléfono justo escuchando a Stefany.

—«Darcy ¿podrías explicarme tú? Nathaniel no sabe. »

—Explicarle qué —Pregunté dudosa.

—«En donde será la fiesta.»

Sobre eso. Mi idea principal era llevar a cabo una pequeña reunión amistosa en donde poder compartir con calma, sin embargo, el asunto de celebrar tu cumpleaños con tu hermano es que casi nunca tenía votos de elección, David quería incluso alquilar un lugar y todo el asunto, en un principio me opuse, sin embargo, Nathaniel se puso de su lado con la excusa de que sería una mejor idea y no me quedo otra opción más que aceptarlo. Sin embargo, los últimos dos cumpleaños los había celebrado sin él.

Igualmente debía hablarle para saber en donde sería porque ni siquiera yo lo sabía aún.

—Te enviaré un mensaje con la dirección más tarde.

—«Perfecto, en ese caso, que tengan una linda mañana.»

La llamada de cortó así sin más.

Busqué a Nathaniel con la mirada, pero él ya no estaba, dejé el teléfono a un lado y me dispuse a servir dos tazas de cafés antes de ir a la terraza, dejé su taza a un lado y yo con la mía me recosté en la butaca con la intención de calentarme un poco con el sol.

Se escuchaba el ruido del tránsito de fondo, a veces pienso que sería agradable que por un momento en el día hubiese silencio en su totalidad, no obstante, en esta ciudad era imposible. Definitivamente Manhattan era el sitio más ruidoso en el que he vivido, incluso en mi país podías disfrutar del silencio... Claro, siempre y cuando no tengas a un vecino fiestero.