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Luego de varios días sin trabajar, y harta del aburrimiento, Clara le envió un mensaje a Cole. El chico no tardó nada en responder y minutos más tardes se encontraron en la casa de ella, para pasar el rato.

— Gracias por venir —le agradeció Clara a Cole.

— Para lo que necesites —contestó el jugador, sonriendo— ¿Qué hacemos?

Clara miró la hora, en Argentina sería el momento de la merienda, pero acá, en Reino Unido, se acercaba la cena. Sin embargo, no estaba para nada tentada en comer algo a esa hora. Pero si había algo que le gustaba hacer, en cualquier momento, era cocinar. 

— ¿Qué te parece si seguimos con las clases de cocina? 

Cole asintió, un poco extrañado, por la propuesta de Clara. 

— ¿Tenés hambre de algo en específico? —preguntó ella, invitando a Cole a su cocina.

— Estoy listo para lo que quieras prepararme —contestó Cole, observando detenidamente el espacio de Clara.

— ¿Prepararte? —Clara dejo escapar una risa— Vos vas a prepararme comida a mí. 

Mientras ella se disponía a preparar ingredientes encima de la mesada, Cole se dedicó a mirar la cocina. Estaba decorada de una forma muy particular, todos los utensilios tenían los mismos colores o eran de madera, además de que estaba todo muy ordenado y limpio. Incluso había electrodomésticos que Cole ni siquiera conocía. 

Este era el lugar de Clara, algo más íntimo que incluso verla desnuda, y Cole se sintió bienvenido, a pesar de que se conocían hacía poco tiempo.

— ¿Soy el primero en conocer tu cocina? 

Clara se ató el pelo en una colita alta, sacando utensilios de un cajón. Observó a Cole, que miraba embobado la cocina y luego a ella. Se sintió un poco intimidada. 

— Algo así, sí —le explicó ella— Charlie, una amiga, viene seguido y cocinamos juntas, ella es pastelera. También está Thom, un chico que conozco de por ahí, vino una vez. Y después estás vos.

Cole sonrió, sentado en una de las banquetas al lado de la mesada. 

— ¿Y tu familia?

— Nunca vinieron a verme —contestó Clara con tristeza— La situación económica no me permite que puedan visitarme o que yo vaya a verlos. 

— Entiendo —dijo Cole asintiendo.

Los dos se miraron fijo unos segundos, hasta que Clara se puso en modo resolutivo. Empezó a sacar ingredientes de la heladera, pero entonces se dio cuenta de que le faltaban algunos. Era momento de hacer las compras.

— ¿Te parece si vamos al mercado? —le preguntó a Cole.

El chico asintió, tomó las llaves de su auto, pero Clara lo freno.

— No, es cerca, caminemos un rato.

— Está bien —aceptó Cole.

Los dos procedieron a abrigarse y, con lista en mano, se dirigieron al mercado más cercano. Iban hablando en el camino, Clara le explicaba algunas cosas respecto a su barrio, que era muy pequeño, y Cole le contaba cosas sobre su infancia en su pueblo. Era una conversación muy enriquecedora, de dos culturas completamente distintas.

Una vez en el mercado, tomaron un carrito y comenzaron a buscar las cosas que necesitaban. El menú era sencillo, por lo cual la lista no era muy larga. Pero Cole no estaba acostumbrado a hacer las compras, solía comer lo que le preparaban en el club o lo que su nutricionista le mandaba, así que tomo la visita al mercado como un paseo.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴄʜᴇʟꜱᴇᴀ ꜰ.ᴄ. | +18Where stories live. Discover now