sɪsᴛᴇᴍᴀ ━━━━ one piece

capítulo uno.

Narrador.

En una isla en el nuevo mundo, conocida por ser una isla temperamental por los volcanes activos que explotaban por tiempo indefinido y en cualquier momento...

Recostada sobre una tabla de madera que llego siendo arrastrada por el mar se encontraba una mujer de cabello negro y corto. Sus ojos grisáceos miraban al cielo con dolor por el sol que la cegaba de manera dolorosa

      » A-Anfitriona... ¿te encuentras bien?

Aquella voz mecánica que de cierta manera parece femenina, vuelve a aparecer en su mente. La chica de ojos grisáceos cierra sus párpados, sus ojos duelen luego de pasar tanto tiempo abiertos pero no se compara al dolor de tener que sufrir una transmigración que no quería a un mundo de piratas y con un sistema que parece ser un novato en esto

— ¿Puedo suicidarme?

      » Ahm... bueno, poder puedes hacerlo anfitriona pero... pero tú alma se rompería y ¡según oí rumores de que duele mucho!

— Já, genial. Otra cosa que debo añadir a la lista por no hacer.

Maliah Shu, 27 años de edad, graduada de la mejor universidad de su pueblo –rechazo ir a la de ciudad– y se convirtió en una asombrosa veterinaria.

O eso quería decir, porque luego de graduarse con honores de veterinaria, Maliah decidió terminar siendo escritora.

¡Paso de una graduada de veterinaria a escritora!

Su familia por poco y la quema viva ante la noticia pero Maliah sobrevivió. Aunque su nuevo sueño fue ser escritora, tenía cero talento en eso, era ridículamente mala, ni siquiera tomando clases podía lograr algo.

Así que comenzó a tomar inspiración de series, películas y otros libros. Su imaginación alcanzo el 0% de utilidad, ¡no sirvió de nada, era todo un fracaso!

Hasta que le recomendaron los anime.

Esos dibujitos japoneses que dijo que eran ridículos y jamás vería fueron los que la llevaron al éxito de su imaginación. ¡Creó un asombroso libro de fantasia con dragones, reyes, sirenas y demonios! ¡fue su primer éxito!

Y también el único.

Luego de obtener su dinero por el éxito de su libro, Maliah compró un terreno para hacer su casa –era un terreno pequeñisimo y además, ya tenía mucho ahorrado– y sorprender a su familia que la habían tachado de loca maniática luego de su renuncia a ser veterinaria.

Su visita al terreno era regular por lo que no era peligroso, o no lo era antes de darse cuenta de que el patio trasero de la casa era una vivienda de serpientes venenosas.

¡Grande es la dicha al dejarla ir sola el único día de descanso de los trabajadores y que una serpiente término mordiéndola!

Maliah se sintió como cuando jugaba minecraft y un creeper aparecía desde atrás.

Su muerte fue repentina, sorpresiva y demasiado rápida para variar.

Cuando despertó, creyó que podría haber sobrevivido al tener su conciencia intacta pero en realidad ¡había sido seleccionada para ser portadora de un sistema en un mundo de anime que ni siquiera término!

Maliah sólo deseaba morir en paz, haber muerto por una serpiente fue su castigo al haber traicionado su profesión de veterinaria.

¡¡PERO NO!!

¡Maliah tuvo que comerse veinte minutos de comerciales, cinco minutos de llamada en espera y dos minutos de fallos técnicos para terminar con pura opción de aceptación a algo que no deseaba!