20.

155 29 15
                                    

El lunes por la mañana caminaba junto a Caspian hacia el baño de prefectos, ya que el día anterior mi querido amigo se había olvidado allí su libro de pociones y nuestra primera clase del lunes era esa. Caminábamos a paso muy apresurado, a ninguno le convenía llegar tarde con Snape, mucho menos siendo de Gryffindor.

—Maldición, Cas. ¿Por qué dejas siempre tus cosas allí?

—Es que esa sala común es mucho más tranquila que la nuestra, Lix. Sabes que odio el alboroto cuando tengo que estudiar.

Sin embargo, dejé de escuchar su justificación cuando a mitad del pasillo, yendo por el segundo piso, visualicé a alguien que se me hacía muy conocido. Alguien que se parecía mucho a mí.

—¿Por qué dejas de caminar? —me preguntó, extrañado. Luego miró al mismo punto que yo, y permaneció en silencio también. Volvimos a caminar hacia allí a paso apresurado. Caspian, que tenía incluso mejor estado físico que yo, corrió más rápido y alcanzó a la persona por el brazo, quien nos miró asombrada—. ¿Quién eres? —le preguntó, apuntandolo con su varita, al alcanzarlos, hice lo mismo.

—¿Quién eres? —le pregunté nuevamente, ya que no respondía.

—Yo... Yo... —estaba nervioso. ¿Por qué no respondía de una vez?—. Soy Hermione —dijo, bajando el tono de voz, mientras miraba para todos lados con precaución. Caspian y yo nos miramos confundidos—. Siganme antes de que se acabe la poción multijugos —nos dijo, manteniendo su nervioso tono de voz. Sin quitarle las varitas de encima, se colocó la gorra de su túnica para cubrirse la cara y caminamos a paso apresurado hacia el baño del primer piso, el de Myrtle la llorona. Allí volvió a hablar, mientras se acercaba a una mochila que había dejado allí—. Dumbledore me pidió que usara poción multijugos para hacerme pasar por ti con Umbridge —explicó—. La Órden del Fénix no quiere levantar más sospechas de Dumbledore en el Ministerio, así que lo mejor era no oponerse a lo que pedía. Sin embargo, Dumbledore dijo que tú no querías hacerlo, así que fui yo —explicó. Poco a poco su cara volvía a ser la propia, su estatura se encogió y su cabello volvió a crecer, mostrandose ya como Hermione. Cas y yo guardamos nuestras varitas. No supe qué decir. Estaba anonadado. El ver a una persona exactamente a mí sin previo aviso me había dejado en una especie de shock.

—Por Godric, ¿no podías avisar antes? —le preguntó Caspian, quien había estado casi tan asustado como yo. Hermione lo miró con el entrecejo fruncido, mientras se cambiaba el suéter por uno de su tamaño.

—Ese no es tu problema, Avery —le dijo, en un tono duro—. No tuve tiempo de decírtelo, Félix. Además, tal vez te negabas a que lo haga. Pero yo quería evitarnos cualquier tipo de problemas, ya que ahora hasta nos sobran con los mortifagos en el ministerio —le dio una mirada despectiva a mi amigo, quien la miró con una ceja en alto. Odiaba que Hermione se comportara tan mal con mid amigos, sobre todo con Caspian, sabiendo que ellos se llevaban muy bien antes.

—No empieces con eso, Hermione.

—Solo digo la verdad, tu amigo pedía una explicación y se las estoy dando —dijo ella, con simpleza. Luego se adentró en uno de los cubículos para cambiarse el pantalón por una falda del uniforme.

—No vuelvas a hacer eso, ¿de acuerdo?

—No prometo nada —me dijo y, antes de que pudiera protestar, se fue de allí.

—¿Qué diablos pasa con ella?

—Ni yo lo sé, Cas.

(...)

Pocas veces me estuve cruzando con Malfoy después de nuestro encuentro, por lo general era en el baño de prefectos o alguna que otra reunión con los chicos, pero no volvimos a vernos solos o hablar sobre lo ocurrido la otra vez. Supe que esa ya era una respuesta a lo que había sentido con ese beso de “prueba”, así que a las dos semanas ya dejé de preocuparme y aceptar que, tal vez, sí había sido solo porque tenía alcohol encima. Por suerte, Caspian ni se había enterado de la pequela charla que tuvimos en su presencia.
Durante este mes también estuve siendo un poco más cercano a Theodore, ya que le aseguré que, aunque haya pasado lo que pasó, no iba a alejarme de él y nuestra amistad no se vería afectada por eso. Me sentía muy cómodo con él y sí era una persona que quería tener cerca, a pesar de todo.
Por otro lado, a Ilena la empecé a ver cada vez menos, pasaba mucho tiempo con sus amigos de Ravenclaw y le dijo a Caspian que no estaría yendo a las reuniones que el azabache solía dar, por un tiempo, para tener el menor contacto conmigo. Él lo entendió y justificó su ausencia en las reuniones con que estaba muy ocupada con el estudio.

Lies - Draco Malfoy. Where stories live. Discover now