~ 𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟎 ~

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Durante los siguientes dos días, V no fué a la escuela, alegando que sus heridas eran muy graves y no sanarían si volvían a golpearla. Aunque, la verdadera razón por la que se quedaba en casa era para pasar tiempo con la chica de la ventana. El contacto entre ellas era mínimo.

Algunas veces, Uzi entrelazaba sus meñiques. Otras, simplemente, sus hombros se tocaban. Algunas veces V jugaba con su cabello, y otras Uzi lo hacía con el de ella. Pero sus encuentros casi siempre se limitaban a V haciendo sus tareas atrasadas mientras Uzi hacia crucigramas sobre su cama o dando vueltas con su patineta en su estrecha habitación. Casi fueron descubiertas un par de veces, pero no resultó ser nada serio. A veces Uzi ayudaba a V con alguna tarea que no entendía, pues es bastante lista.

Otras V ayudaba a Uzi a organizar su habitación. A veces, Uzi le pedía a V que posara para dibujarla y ella accedía con mucho gusto. Los resultados eran increíbles. V pensaba que Uzi era la mejor artista del mundo. Lo peores momentos eran cuando debían de separarse para que Uzi asistiera a una de sus citas, y el mejor era cuando regresaba y simplemente se acercaba a la ventana. En esos momentos V veía a Uzi apoyando su mano derecha sobre el vidrio y mirándola hasta que una de ellas se atreviera a tomar un marcador y escribir como el primer día que se conocieron.

El sábado estuvieron todo el día en la habitación de Uzi, riendo y hablando sobre cosas sin importancia. El domingo sucedió casi lo mismo, pero a la hora del almuerzo Uzi le preguntó a V Sí quería almorzar con ella, y esta no se negó. Le preguntó a V cual era su comida favorita, y esta no negó en decir pizza. Fue entonces cuando la chica de la ventana le dijo a su madre que quería almorzar pizza. Media hora después llegó el repartidor, y Uzi entró a su habitación con la caja de pizza entre manos. V le había dicho a su madre que estaría estudiando en la biblioteca y que comería algo en el camino. Su mamá solo le deseó un feliz día.

¿Qué madre puede esperar que su hija en realidad esté comiendo pizza con la vecina?

V le demostró a Uzi que podía comer más de lo que parecía poder, y le mostró sus mejores eructos, aunque los de Uzi eran inigualables. Cuando terminaron de almorzar, V recibió una llamada de Doll.

V: ¿Hola?

Doll: ¡V! ¡¿Estás bien?!

V: Mejor que nunca.
Contestó sonriendo, mientras veía a la chica de ojos violetas, la cual estaba jugando un juego de preguntas en su celular.

Doll: V, Lizzy quiere saber si te gustaría salir con nosotras dentro de una hora. Iremos al cine, por si te interesa.

V se mordió el labio inferior. The Murder Drones Movie era la película que tenía meses esperando por ver. Quería ir. En serio quería ir... Pero entonces vió a la chica de los ojos violetas, la cual estaba concentrada en sus juegos, respondiendo preguntas sin dudar un segundo en cual era la respuesta correcta.

Fijándose bien, V vió en la mejilla de la chica un rastro de salsa que la pizza había dejado. Con su pulgar lo limpió dulcemente, y cuando la chica la miró se llevó el dedo a la boca, sonriendo, sintiendo que su corazón salía cuando Uzi hizo lo mismo.

V: Me encantaría ir, Doll. Pero, tal vez otro día. Ahora mismo estoy justo donde quiero estar.

Los ojos de Uzi se iluminaron, y V sintió a todo su ser derretirse con esta acción.

Doll: ¿De nuevo ella?
Preguntó. Todos los días en los cuales Doll le había llamado, V estaba con la chica de la ventana.

V: Siempre es ella.
Comentó, y finalmente, colgó su celular sin decir adiós.

Uzi había retomado su juego, y de nuevo estaba ganando y superando niveles de forma asombrosa. V simplemente la veía jugar, sonriendo. Finalmente, Uzi pareció reaccionar y se alejó de la pantalla.

La chica de la ventana (adaptación Vuzi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora