XVI capítulo

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Después de estar con Leo viendo como la noche caía sobre nosotros-Aquel que se encontraba conmigo interrumpe y dice-

— Eli ¿Qué te parece si vamos a un puesto de comida china, por acá muy cerca?—Bueno la verdad tengo hambre, yo invito!!!

No me tocó más de otra que aceptar la cena, puesto a que no quiero llegar a mi casa y aunque sea tarde, de igual formas asentí con la cabeza indicando una  de respuesta.

Llegamos al puesto, Leo me dejó en una de las mesas, mientras el fue a pedir un ramen de carne picante para mí y un arroz chino para el, así como lo discutimos en el camino.

Alrededor de 20minutos, lo veo llegar con los pedidos y dos latas de gaseosa, con una cara muy graciosa de esas para sacarme una sonrisa cuando ando con cara de perro regañado.

— ¡Tarán! Un ramen de carne picante y una lata de gaseosa, para cuya chica de cabello oscuro con una cara de perro que acaban de regañar–dice el muy burlon-.

Lo que hacé que suelte una leve carcajada para luego responder en quejido tratando de sonar sería.

— Gracias, creí que nunca llegarías ya yo pensaba que te había tragado algún mesero-me rio a carcajadas sin poder detenerme gracias a la increíble morizqueta de tonto ante lo que dije-.

— Perdón por  la tardanza, pero este lugar a altas horas de la noche se pone lleno— Ahora come rápido para acompañarte a tú casa. Tu madre debe de estar muy preocupada y tampoco es bueno que estés tan tarde fuera de casa.

Después de haber comido y charlado hasta casi  expulsar gaseosa por la nariz de tantas tonterías que decíamos o hacíamos para pasar el rato. Tocó el momento de llegar a casa y se acabará la paz y felicidad que acechaba sobre mi, y continuara con mi mente en 8 y sobrellevar todo.

Caminamos hasta casa y Leo llegó a la entrada.

—Bueno Eli muchas gracias, por cambiar de opinión y salir conmigo, hacer de mi tarde y noche la más divertida, graciosa y única de todas.

— No es nada Leo yo también me divertí mucho hoy. Nos vemos luego, adiós.

— Chao, nos vemos luego.

Despido a Leo con un abrazo y lo veo desvanecer por aquellas calles solitarias.

Cuando entre a casa la cerré con llave para escabullirme en silencio a mi cuarto, alrededor de estas horas ya mamá está dormida. Subí a mi habitación, me di un baño, coloque una pijama sobre mi cuerpo y como estaba lo suficiente agotada me quedé dormida sin más que pensar.

Al día siguiente ya día domingo y para mí sorpresa estaba nevando, puesto a que hace algunos días atrás comenzó el mes de invierno, pero hoy la nieve y el tiempo estaban más fuertes que aquellos días pasados.

Me levanté de mi cama y ya con mi cara lavada y mi pijama cambiada, por un delicado vestido de tela suave color marrón café con leche, me hacerco al comedor, mamá se encontraba en el.

— ¡Eli Wilson! ¿Se puede saber en dónde estabas anoche?— Y la razón para llegar tan tarde a casa.¡Dios niña! Yo a ti no te he enseñado malos modales y mucho menos andar fuera de casa a esas horas.

Replica aquella mujer de ojos castaños con el seño fruncido e inculminante.

— Bueno mamá verás, ayer salí con unos amigos al parque, me quedé hasta tarde para ver una lluvia de cometas– Le respondo deseando que se tragase mi mentira—Y luego de eso fuimos a comer a un lugar de comida china, pero te prometo que no volverá a pasar.

Aquella me vio y aflojó un poco su mirada de depredador que ya estaba por comer su presa.

— Mmm ya entiendo, esta bien pero a la próxima al menos avisa en dónde estás y cuando llegarás.

Asentí para dar a entender que si lo aria.

— Ahora mismo quiero que comas tu desayuno y te arregles, porque vamos a salir las dos juntas — E trabajado demasiado y ya es momento de atender nuestros gastos, entonces aprovechas y dices todo lo que necesites.

Le hice los mismos movimientos del acto ya sucedido, para sentarme a comer y luego arreglarme.

Unas 3 horas en el centro comercial comprando con mi mamá y así por fin llegar a mi casa. Muy cansada me puse a arreglar todo lo que compramos para la cocina comedor, mientras ella bajaba más bolsas de compras que esas eran para los baños de cada habitación.

Subí a mi habitación con las compras de algunas cosas que quería y ordenarlas en su puesto.

Me acosté en mi cama pensando en que hoy estuve con la mente ocupada y distraída y no me dió tiempo de pensar en nada de lo que sucedió ayer, pero ya que no tengo más que hacer, mi mente y todo estará abierta
Para dejar y empezar sobrepensar todo.

Efectivamente no deje que eso sucediera me puse a leer un libro que mamá me compro para mí mini biblioteca y así dure el resto del día, disfrutando de aquella hermosa lectura "Una perfecta confusión" 

¡¡ Solo yo !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora