CAPÍTULO 11(PARTE II)

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Escapar de Kings Harrow House, fue más sencillo de lo que ella había pensado. Solo tuvieron que decirle al mayordomo que necesitaban tomar aire, y salir al enorme jardín. Si alguien decidía buscarlas podrían tardar unos buenos minutos, pues el terreno que rodeaba a la casa era inmenso.

Las caballerizas estaban muy cerca, y Georgiana ya se había familiarizado con estas, por lo que no le costó comprobar que el jefe de cuadras no estaba allí, ya que como todos los demás debía estar en la casa seguramente comentando los acontecimientos.
Tomaron el caballo de Felicity, otro corcel que tenía un hermoso pelaje color ébano, y murmurandoles palabras tranquilizadoras para evitar que relincharan, salieron del lugar.

Lilian montó la yegua, que era considerablemente más mansa, y un regalo del marqués a su hermana. Georgiana hizo lo propio con el potro que parecía bastante salvaje, pero como todos los jamelgos, rápidamente cayó bajo el embrujo de esta.

Galoparon a horcajadas por varios minutos, dejando que el viento les deshaciera los elaborados peinados que sus doncellas les habian hecho para la boda, y que sus piernas se acomodaran sobre los caballos, libres del peso de las faldas.
A pesar de que el sol comenzaba a caer,
no demoraron en ver la alta columna de humo en el horizonte, y sacudieron las riendas para apurar a los animales y llegar al puerto.

Se detuvieron en el callejón lateral de una casa humilde cercana a la zona portuaria, y ataron allí a los caballos. Después subieron las capuchas de las capas que habían tomado prestadas de las caballerizas para cubrir sus cbezas, y salieron a la calle por la que pasaban corriendo muchas personas.

Nadie se percató de su presencia, y pudieron mezclarse entre el caos que las rodeaba. Los lugareños con los que se cruzaban gritaban y comentaban que el fuego era incontrolable.

Ellas intercambiaron una mirada, y siguieron a la marea de personas,que se dirigían hacia la zona del incendio.

El humo negro se elevaba desde el barco de madera, oscureciendo el cielo azul del puerto. Los marineros que aún estaban a bordo, con rostros angustiados, corrían de un lado a otro con cubos de agua, intentando apagar las voraces llamas que devoraban el navío. Sin embargo, el fuego parecía imparable, consumiendo todo a su paso.

La multitud que se había reunido en el muelle observaba horrorizada, algunos con lágrimas en los ojos, mientras otros murmuraban entre sí, impotentes ante la tragedia que se desarrollaba ante ellos.
El barco había sido soltado del amarre,. seguramente para intentar alejarlo de las rampas y así evitar que el fuego alcanzara a otros barcos anclados.

Lilian buscó a alguno de los caballeros tratando de ver a través del humo, pero no vió a ninguno. Tampoco había señas de lord Harrow por ningún lado.

La embarcación era más grande de lo que ella había imaginado, ya que tenía cuatro mástiles, y enormes velas cuadradas. El casco que estaba ya alcanzado por las llamas era de madera.

La cubierta, estaba todavía abarrotada de cajas de madera, barriles y sacos, muchos ya arruinados y otros siendo lanzados a un bote donde varios hombres los recibían con la intención de salvar algo.
El contenido de estos debía ser alimentos básicos como granos y carne salada. Provisiones necesarias para soportar las largas travesías en alta mar.

Lilian recordó oirles decir que aún no habian descargado la mitad de la mercancía, y supuso que Rochester y Weiss, debian estar en la bodega tratando de salvar las cajas de ron y la demás carga valiosa, bienes de lujo como seda, especias y porcelana.

Con preocupación pensó que debían sacar las botellas de inmediato, porque de lo contrario podían cuasar un estallido que tendría consecuencias mortiferas.

Conquistar a un lord*PRÓXIMAMENTE RETIRADO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora