Jeongin

233 13 2
                                    


🌕

Se encontraban de regreso a casa después de un largo viaje de casi 10 horas por carretera. Jeongin y tú habían planeado visitar a sus papás, nada en especial, solo porque ha pasado un tiempo desde que los vieron.

- Me siento muy cansada - Te tiraste plácidamente en el sofá.

- Necesitas relajarte, sé lo cansado que es, yo ya estoy acostumbrado - Él dijo, metiéndose detrás tuyo entre el respaldo del sillón, te sentó en sus piernas y comenzó a acariciar tus muslos cubiertos con tus shorts.

- No innie, hoy no, no podré aguantar...- Apoyaste tu cabeza en su hombro, disfrutando de las caricias de tu novio.

- Shh déjame hacer lo mío, te va a gustar, confía en mí - Desabrochó tus shorts y levantaste tu cadera para quitarlos por completo.

Comenzó a dejar besos húmedos en tu oreja y mandíbula. Subió mano hasta tu intimidad vestida, masajeando tu centro, sintiendo cada vez más cómo te mojabas.

- Creí que "hoy no", cariño - Se burló y repentinamente tomó tu mandíbula con toda su mano y volteó tu cabeza para besarte de una forma muy caliente.

Apartó tus bragas a un lado y metió un dedo repentinamente. Gemiste ante su acción, pero luego lo sacó. Solo te estaba provocando, él realmente quería hacerte sentir bien.

- Déjame cuidar de ti ésta noche - Te dedicó una tierna sonrisa para después cargarte en sus brazos y llevarte a su habitación.

- Acuéstate y relájate, ¿sí? Déjame todo a mí, no te arrepentirás - Su cuerpo se puso entre tus piernas y se inclinó para besarte los labios.

Gustosa, le seguiste el juego. El beso fue lento y romántico a la vez que dejaba caricias por tus brazos y luego por tus muslos. Podrían seguir así durante más tiempo si fuera por ustedes, pero el oxígeno ya hacía falta.

- Me encanta todo de ti - Empezó a dejar un camino de besos suaves por todo tu torso hasta llegar a tus bragas.

Te hizo gracia lo suave que estaba siendo ahora, ya que hace unos minutos te estaba besando lascivamente; pero el repentino cambio no te ha disgustado.

- A ver, levanta esa cadera para mí - Él dijo con una sonrisa ladina para que fuera fácil retirar tus ropa interior.

Al momento de quitarlas por completo, también quitó el resto de ropa que tenías y disfrutó de la bella vista que le brindabas.

Sus grandes manos tomaron tus piernas y las separaron lentamente, acariciando también la parte interna de tus muslos, que le gustaban mucho por cierto.
Besó cada parte de ellos y rozaba sus labios rosas contra tu intimidad, observando cada reacción en tu rostro.

De nuevo regresó a tu boca a robarte un beso más.

- ¿Te está gustando?- Él preguntó acariciando tu mejilla.

- Sabes que sí...- Le dijiste mirándolo a sus alargados ojos.

- Sí, sí lo sabía - Su boca ahora se encontraba en tu pecho derecho, tomando con su lengua tu pezón y mordiendo suavemente, con cuidado de no lastimarte. Mientras que su mano derecha se encargaba de tu pecho izquierdo, girando la punta con sus dedos y moviéndolo de arriba a abajo.

Ai ajuns la finalul capitolelor publicate.

⏰ Ultima actualizare: 6 days ago ⏰

Adaugă această povestire la Biblioteca ta pentru a primi notificări despre capitolele noi!

Pensamientos | Stray Kids SmutUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum