¿Disculpá?

-...

-Hola de nuevo.

-Hola...

- ¿Qué pasa?

-Nada.

-Bueno, te podés ir entonces.

-Bue... osea... si me pasa algo.

-Entonces decímelo.

-Pero tampoco me tratés así.

-Bien sabés que conmigo tenés que ser directo. Me disculpo por la brusquedad.

-Bueno, lo que pasa es que no sé qué hacer.

-Ajá ¿?

-Me las mandé.

- ¿Con qué?

- Nada, resulta que ella puso su confianza en mi en algo de suma importancia, le fallé y lo peor, es que intenté ocultarlo.

-Que reservado estás. ¿Con qué le fallaste?

-Eso no importa.

- ¿Como qué no?

- Mientras mas simplifico la situación, más fácil va a ser analizarla y darle una solución.

-A mi eso no me va, pero bueno. ¿Qué se te ha ocurrido hacer?

-Es que no sé, no quiero embarrarla más.

- Bueno, ya que no me querés contar la situación y no tenés la más mínima idea de que hacer, decime: ¿Qué hiciste luego de que te descubrió?

-Venir a hablar con vos, me dijeron que se acaba de enterar, no la he visto desde entonces.

-Mamita.

-Necesito algo... diferente, valiente, arriesgado. Algo que la sorprenda y que sea de manera sincera.

-Apuntás alto.

-Es que caí muy bajo.

-Tenés alas y decidiste volar al ras del piso seguro, por eso caíste, te conozco.

-En español si es posible.

-Te hiciste el vivo cuando no hacía falta y no te salió.

-Puede ser. Pero que me des una metáfora malograda sobre mi estupidez no va a arreglar mi problema.

-...

- ¿Se te ocurrió algo?

-...

- ¿Qué te pasa ahora?

- Mira que no está tan mala la metáfora. Seguro al lector le gustó.

- Dale estúpido. No me queda mucho tiempo, por favor te pido.

- Bueno ya sé, ya se me ocurrió una idea.

- Contame.

- Repasemos, vos querías algo ¿diferente? Algo que no mucha gente hace.

-Si.

-Valiente, algo que demuestre tu valía.

-Ajá.

-ARRIESGADO. Algo que muestre determinación en tu decisión y la SUYA.

-SI.

-Por último... algo sincero, que venga de vos.

-Sip.

-...

-...

-Perdón.

- ¿Eh?

- Pedile perdón.

- ¿Disculpá?

- Exacto. Empezá con eso.