Capitulo 18 - ¿Si o No?.

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Se quedó totalmente paralizada, hasta que el pelinegro la tomo por la cintura y la sacó de aquel trance.

- Es Vale - susurró.


La rubia se dió vuelta y ahí mismo sus ojos se clavaron en los del moreno que, si su mirada matara, Alejandro ya estaría en el suelo desangrándose.

- ¡Valentina! - se agacha a su altura.

- Tanto tiempo sin verte - le sonríe - ¿Mamá?.

- Hola, cariño - se acerca para acariciar su rostro.

- Altagracia - carraspea - no me... - se acomoda la manga de su camisa - ¿No me presentas a tu amigo?.

- Emmm... Si, si claro - traga en seco - él es Alejandro, Ale él es José Luis, el papá de Vale.

- Hola, un gusto conocerte - extiende su mano - soy Alejandro Beltrán.

- José Luis Navarrete - le toma la mano.

- Y... ¿Y qué andaban haciendo por aquí, mi amor?.

- Es que papi me dió gusto y veniamos a comer comida Italiana.

- Entiendo - sonríe.

- Pero ahora que están aquí, podemos entrar los cuatro - sugiere la pequeña - es que quiero contarle a mi amigo Ale todo lo que hemos hecho aquí en México - ve a sus padres - ¿Podemos?

- Por mi no hay ningún problema, Vale - sonríe.

- Por mi tampoco - toma a su hija de los hombros - todo sea por darle gusto a mi - enfatiza en "mi" - princesa.




Altagracia estaba incómoda, es un demás decirlo, no salía palabra alguna de su boca, pero pudo notar los celos en ambos hombres y por mucho que lo negara, le emocionaba un poco ver eso en José Luis, sin embargo, tampoco quería seguir incómoda.




- Yo pienso que mejor... Mejor dejamos el almuerzo para otro día, Alejandro - lo toma del hombro - es que, tú sabes.

- Te entiendo, bonita - asiente - ¿Te vas a quedar entonces?

- Ehh...

- Si mami, por fis - hace puchero.

- Creo que... - carraspea - es que tengo mucho trabajo Valentina, quédate a disfrutar con tu papi, mi horario de almuerzo está por acabar.

- Ándale ma - junta sus manitas.

- Yo no tengo problemas en que te quedes con nosotros - da de hombros José Luis.



Le sonaba tentador pero, su cabeza le jugó en contra y recordó aquel beso que la hizo enfurecer, aunque ¿Cómo le explicaba a su hija el por qué no quería quedarse?, trató de buscar refugio en la mirada de Alejandro, pero su rostro solo denotaba molestia e incomodidad, eso si, él pelinegro asintió suavemente cuando vió que Altagracia buscaba una señal como respuesta.


- Vayan entrando - asiente - ya los alcanzo.

- Está bien - sonríe - fue muy lindo verte Ale, espero que pronto pueda contarte mis historias - se acerca para abrazarlo y después lo suelta - pa, ya vamos que tengo mucha haaambree - le toma la mano y lo jala.

- Con permiso, un gusto Alejandro - sonríe falso.

- Un gusto - asiente serio.

- De verdad, deberás disculpame - junta sus manos y las posa en su rostro.

- No te preocupes, linda - hace que las baje - entiendo, Vale te lo pedía y pues, igual podemos almorzar juntos otro día - aprieta una de las manos de la rubia que acababa de tomar - me tengo que ir - deja un beso en su mejilla - estaremos hablando.

Amores Bajo La Mesa Where stories live. Discover now