Coma diabético.

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Dos meses se fueron como el agua entre las manos, ni siquiera sentí cuando pasaron mis exámenes finales, que había pasado con excelentes notas... todo gracias a Lysset, con quien me había desvelado estudiando, entre besos y caricias.

- Te felicito, Andy. - dijo con una sonrisa mientras me devolvía mi papeleta y rodeaba mi cuello con sus brazos, para besarme en el medio del parque donde estábamos.

Le había perdido el miedo al mundo exterior, al que dirán y a las miradas de escándalo de las señoras que caminaban por la calle. Con ella todo es fácil, todo es gracia, divinidad.

Ya habíamos conocido a nuestros amigos mutuos, salíamos con ellos muy seguido, alternando entre sus amigos y los míos, o incluso saliendo todos juntos. En poco más de tres meses se había vuelto una parte importante de mi vida. Ya hasta comía dulces de vez en cuando.

- ¿Sabes...? Deberíamos ir de vacaciones, tú y yo a la playa, o al bosque, o un pueblo olvidado, o a una mansión embrujada, - siguió en listando una infinidad de lugares extraños. - Debemos recorrer el mundo. Tú con tu literatura, yo con mi historia, podemos ir a Madrid, vivir en Londres, luego en Prada, hacer un máster en Rusia...

- Falta un año para graduarnos. - dije abrazándola de la cintura y besando su nariz.

- Si... pero la organización lo es todo, además si no tienes idea de que quieres hacer en tu vida solo respirarás por respirar y no tiene mucho caso.

Amo cuando me cuenta su perspectiva de la vida, es asombrosa. Además de que me ha hecho una persona positiva, con sueños, con anhelos.

- Tienes toda la razón, tenemos que organizar que haremos.

- Claro, y decidir el nombre de nuestros gatos, quiero 10. - rió, pero mirándome con seriedad. - ¿tú no quieres?

Realmente lo había pensado bastante últimamente, el estar para siempre con ella. Casarnos, adoptar o algo, por una parte era una perspectiva hermosa, por otra ni siquiera teníamos una relación. Mucho miedo llenaba mi corazón, sobre lo que podría o no pasar.

- Claro que amaría eso, pero aún falta un año para graduarnos. - hizo un puchero, pero lo dejo correr.

Después de nuestra platica de la mañana fuimos a clases, lo que me dio bastante tiempo de ponerme creativa... ¿y si le pedía a Lysset que viviera conmigo? Al final de la semana debía de estar decidido como se lo pediría.

Lo comenté con una amiga que me felicitó, decía que era tiempo de que sentará cabeza, que podría salir algo excelente de esto. Para el final de la clase ya todos mis amigos sabían, me daban ideas de como proponerselo: desde demasiado cursis, hasta simplemente decírselo saliendo de la escuela.

- ¡Oye, Lyss! - la llamé en cuanto la vi salir del edificio. Ella me saludó con el brazo y se despidió para caminar hacia mi.

- Hola, Andy. - dijo rodeando mi cuello con sus brazos. Besandome.

- Quiero hablar contigo. Es un poco serio.

Su semblante cambio, dejo de abrazarme para mirarme fijo, sus ojos se cristalizaron. Pero parecía decidida a aceptar la adversidad.

- Te escucho. - susurró mirando al suelo.

- Mira... yo, llevamos un rato juntas. Realmente te quiero y me pareces una persona maravillosa... ¿serías mi novia?

Ella de pronto levanto el rostro con una sonrisa, se fue encima mio, casi haciendome caer en su abrazo.

- Carajo, me espantaste.

- Lo sé, soy mala para esto. - susurré en su oído.

- Descubriremos como hacerlo bien estando juntas.

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