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3. En el que se toman de las manos.

Marcos Collins no tenía tanta suerte como algunos, vivía en la zona menos beneficiada del Condado de los Faroles y su familia tenía tan pocos ingresos que el estado le brindaba una ayuda económica mensual. Su madre murió el día que él nació, no sabía mucho de ella, además de que era tan hermosa cómo un farol y tan delicada como su luz, o al menos eso decía su padre; quien era un aspirante político que había gastado todo su dinero en campañas electorales que nunca dieron frutos, se pasaba todo el día en su despacho escribiendo entrañable y a veces exagerados discursos para venideros eventos sociales a los que nunca se le invitaba, tenía espíritu pero no agallas, por eso nunca había llegado a ningún lugar. Quizás por ello Marcos evitaba mirarle, porque si algo despreciaba era a aquellos que eran incapaces de luchar por sus sueños, además, le atemorizaba ver su reflejo en el suyo, descubrir en sus ojos que sería como él.

Desde pequeño notó que no encajaba en aquella sociedad oscura, no era su lugar, quería verlo todo con claridad, así que empezó a observar los pequeños detalles y a guardarlos en sus recuerdos, con su farol de incandescente luz azul iluminaba todo a su paso y le llamaban “raro” porque sin previo aviso alumbraba los rostros de los demás niños o incluso adultos para analizarlos y luego alejarse sin decir ni una palabra. No comprendían lo que hacía, nadie dedujo que Marcos tenía un plan y una especie de habilidad, era un observador. Si no encajaba en aquel mundo, entonces él iba a crear uno donde sí encajase, o al menos uno que si pudiese admirar sin limitación alguna. Sólo necesitaba cerrar los ojos e imaginar, tener sueños donde nada era oscuro y todos se veían a los rostros, y se reconocían, no habían faroles y podía ver los árboles en su totalidad, grandes y salvajes y llenos de ramas deshojadas y frutos y flores, habían tantos colores como aire y ya nadie sentía temor de salir a las calles, y se saludaban al cruzarse y a veces hasta coqueteaban de una calle a la otra. Había tanta cercanía que no quedaba lugar para la frialdad, para las penumbras.

Ese mundo perfecto dando vueltas en la cabeza de un niño comenzó a desvanecerse y los giros divertidos y extraños cesaron, no había suficiente tiempo para soñar. Un día llegó un trabajador social y dijo que alguien debía trabajar en aquella casa o de lo contrario serían exiliados, su padre titubeó así que él se ofreció, tenía 8 años y empezó a trabajar en la industria luminaria. Las tareas que le encomendaban no eran difíciles pero tampoco fáciles para alguien de su edad y estatura, pero con el paso de los días se ganó el afecto de sus compañeros de trabajo, quienes le cuidaban y le orientaban para que no saliese lastimado e hiciera sus labores de forma correcta. Trabajaba de 07:00 a 12:00 y comenzaba clases de 12:30 a 18:00, no tenía mucho tiempo para jugar al mundo perfecto.

Luego descubrió un sentimiento, la esperanza, y no dejó de sonreír en un mes, porque aquello le brindaba la seguridad de que podía cambiar algo y sorpresivamente no era el mundo, era su vida y su futuro. Ahorró dinero y pagó la matrícula en un colegio de niños beneficiados que le brindaría más oportunidades, y él estaba dispuesto a batallar para aprovechar cada una de ellas. Vió clases de música,  desarrollo industrial y su favorita, deportes. Era tan bueno en el fútbol que consiguió una beca para el segundo mejor colegio del condado, aún así, ese sentimiento volvió y notó que estaba nadando contra la corriente y que no importaba lo resistente que era o lo inteligente o capaz, en algún momento iba a ser arrastrado al lugar donde pertenecía, a ningún lugar.

—¿A dónde iremos? —preguntó George, ya estaba algo cansado, pero no iba a permitirse confesarlo.

No estaba seguro de cuanto tiempo habían caminado pero era consciente de que se habían alejado lo suficiente de su casa, de Sally y su madre. Se preguntaba si ellas ya habrían notado su ausencia, si habían salido a buscarle o le esperaban ansiosas sentadas en el sillón.

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⏰ Last updated: Mar 25 ⏰

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Incandescente [BL]Where stories live. Discover now