❀┃𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋𝐈𝐙𝐀𝐃𝐀(✓)
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❝Yeeun, una joven y eficiente contable, habrá de desenmarañar una trama de corrupción en la empresa para...
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―¡Que increíble se siente esto! ―agonizó, completamente abrumada.
En cuanto el delegado comprendió que Yeeun se estaba corriendo le metió su dedo a fondo y ahí lo dejó. Todas decían que eso era lo mejor. Ella se quedó inmóvil mientras todo su ser era atravesado por un sin fin de oleadas de un placer maravilloso. Trató de aguantar, de hacer frente a toda aquella energía que le cedía la sabia madre naturaleza, pero no fue capaz. Entre temblores y espasmos, oprimiendo con fuerza lo que tenía metido en el trasero, la joven mujer casada hubo de dejarse caer sobre la mesa. Mucho después, tres o cuatro minutos, Yeeun despertó en lo que a ella le pareció no un nuevo día, sino una nueva vida. Seguía echada sobre la mesa y se sentía completamente exhausta. Luego la notó. Tenía la durísima verga del delegado apoyada entre las nalgas y, haciendo un último esfuerzo, balbució:
―Follame... señor Jeon, follame.
Se elevó un gruñido de queja.
―No. ―respondió él de inmediato, acallando a la quejumbrosa mujer, deseosa de sexo― Si la quieres, tendrás que hacerlo tú misma.
Aquel hombre la había derrotado de manera indiscutible, y no contento con eso, ahora pretendía humillarla. En cualquier otra circunstancia, Yeeun habría cogido sus cosas y se habría marchado de allí. Sin embargo, la verdad era que seguía terriblemente caliente. Ella intentó ponerse de puntillas, aquel bastardo era bastante más alto que ella. No fue sencillo pero con un poco de ayuda, la columna acabó apuntando al lugar apropiado y, en cuanto ella se hizo hacia atrás, la polla de Jungkook fue invadiendo su cuerpo.
―Eso es. ―escuchó que la animaba.
Se elevó otro gruñido. Aunque Yeeun no se reconocía a sí misma, fue ella quien con unos cuantos vaivenes logró hacer que el hercúleo vientre del delegado se apoyará contra su trasero. Para disipar cualquier duda, la mujer contoneó su grupo a fin de no dejar ni un solo centímetro fuera de su vagina.
―Fascinante. ―alabó Jungkook― Ahora demuéstrame de qué eres capaz, belleza.
La contadora comenzó a bogar adelante y atrás, envainando y desenvainando el portentoso falo del delegado en el interior de la funda que toda mujer posee. A pesar del porte de aquel miembro viril, este entraba y salía con fruición de su húmeda vagina. Su esposo solía bromear de la profusión con que se mojaba pero Yeeun sabía que era aquel abundante flujo lo que evitaba que el pollón de Jeon Jungkook irritara la delicada piel de su vagina. Satisfecho con cómo su polla desaparecía una y otra vez devorada por el hambriento agujero de la mujer casada.
Jungkook deseó ver sus senos tambalearse bajo la fina blusa de lycra de modo que procedió a soltar el broche del sujetador. Después de sopesarlas, y teniendo en cuenta que estaban endurecidas a causa de la excitación, Jungkook concluyó que su compañera tenía las tetas del tamaño ideal, ni muy grandes ni demasiado chiquitas. Al principio las amasó y rozó con tiento, pero luego se dejó llevar por la pasión y le estrujó las tetas con desenfreno, siendo especialmente duro con sus enhiestos pezones.
