Para los que intentan ser buenos.

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-QUE BRONCA QUE TENGO.

-Tranquilizate... tengo mucho sobre mi espalda ya... estoy tratando de sacar una fruta del árbol de los consejos.

-No hay razonamiento que valga para curar la estupidez ajena.

-Si lo hay, es el buen consejo. El problema es que es una vacuna que va a la mente, cada uno debe decidir curarse. Poner por obra la sabiduría es determinarte a cambiar tanto tu forma de pensar como tu forma de actuar.

-Y no lo hacen...

-Y no lo hacen, muchas veces por miedo, ego, orgullo, terquedad... o todas juntas. Hay muchas variables.

-Con que es un maldito miedo al cambio... me parecen estúpidos.

-Si de verdad pensás así, estas igual de enfermo que ellos. No es estupidez, es enfermedad.

- ¿QUE HICE AHORA?

-La falta de empatía es un síntoma...

-No es falta de empatía, es HARTAZGO.

-Pero te sumís en esa ira, en esa tristeza.

-TENGO DERECHO A SENTIR.

-LO TENÉS... ¡las emociones son naturales! ¡son buenas! Debemos sentir... pero NUNCA debemos guiarnos por ellas... nos desbarrancaremos.

-...

-Siendo felices juramos cosas imposibles, estando tristes cerramos los ojos al futuro, estando atemorizados vemos peligro en cada esquina, estando contrariados... se nos cruza todo lo anterior, pero con una mayor vehemencia, con una mayor violencia. Y una vez perdés el control... es difícil retomar el timón de nuestra mente.

-Es que estoy cansado de sentirme así... de ser burlado, de agachar la cabeza...

- Sé que no es fácil, no sabés cuanto me duele de que me tomen como estúpido, a mí, quien se encarga de la razón en este lugar... sé que tal vez ellos no cambien... probablemente seguirán molestando, riéndose, injuriando... hasta el hartazgo, pero es nuestro deber seguir obrando bien.

- ¿No hay otra solución? ¿Por qué no les insistimos con esa dichosa vacuna sabia?

-Hemos usado palabras y no han funcionado...

- ¿Entonces? ¡No tiene caso!

-Usemos acciones, que vean nuestra templanza.

- ¡NO LES IMPORTA!

-...

-No les importa...

-...

-...

- ¿Sobre qué tenés control?

-No vengas con eso ahora, no me cambies de tema.

- Decime, ¿sobre qué tenés control?

-... Sobre nada.

-Si, tenés control sobre todo lo que nos rodea, el lugar más calmo y tranquilo, el jardín más verde y colorido. Tenés control sobre un dosificador de paz, el río.

- ¿Con qué venís ahora? No tengo control sobre nada, no pue-

-Tu mente. Tenes... tenemos control sobre la mente. Nuestro jardín.

-No me sirve de nada esa porquería, solo es un lugar sosamente lindo en el cual charlo con vos.

-Decime, ¿Qué tal está nuestra conciencia, nuestra memoria?

-Bueno... no miraba ese lugar desde hace rato... pero ahora que me fijo el agua está bastante limpita y fluye todo tranqui.

-El jardín de nuestra mente se sustenta principalmente de nuestra conciencia, memoria y en lo que ellas guardamos, ¿Lo sabías?

-N-no...

-Pues te lo explico con un poema... una enseñanza en tu idioma:

"Lloran las flores de aquél malévolo.

Lloran los árboles del mismo jardín.

Lloran, por que se les acaba el agua.

Una roca les pone fin.

Pues esta roca, que es la culpa.

Obstruye el río que les hace vivir."

-No había notado que dependíamos tanto del rio... es hermoso. Si hay algo que me gusta son los frutos de los árboles, las flores y los pajaritos que nos visitan de otros jardines... gracias a ellos el dolor y la ira menguan. El dolor ciertamente está... pero si me conmueve nuestro jardín... que dichosos somos de que el río fluya tan vigoroso.

-Al fin paz, ¿No?

-Al fin paz.

-Tené cuidado, aquellos que obran mal deben tener una roca obstruyendo su caudal.

-Pero hay malhechores que no se sienten mal por lo que hacen ¿Qué hay de ellos?

-Lágrimas vas a derramar si te digo que:

"Hay un malvado sin culpa.

Aquél no tiene roca.

Aquél malvado en penumbras.

Ríe, daña con sus manos y boca.

Pero escondido llora... tiene un triste fin.

No entiende por qué llora,

Por qué se siente así...

Que tristeza me da su llanto...

Que pena me da su gemir.

Y es que aquél maldito sin culpa,

Se ha quedado sin su jardín..."

Si al obrar mal ya no sienten culpa, si al producir violencia ya no tienen remordimientos... si su conciencia ya no produce rocas... es que han tirado sus valores por la borda, han destruido sus flores y talado sus árboles para tan solo tener "libertad" para actuar. Sin saber que la paz de su verde refugio no les mecerá ni en esta vida ni en la siguiente.

¿Renunciarías entonces a tu jardín? 

El jardín de los malos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora