Capítulo 10

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CAPÍTULO 10



Alaina

Por cada pasillo por el que pasábamos no había nada que fuera de otro color que el negro, y no es que me disgustara, se veía hermoso. Los cuadros de pinturas sobresaltan en ellas por medio de las antorchas que iluminan todo a nuestro paso. La construcción del sitio era del tipo medieval, lo que me afirmó que estábamos en un castillo.

Sabrá Dios que otras cosas oculta este lugar.

La chica llamada Madia me guiaba a la que sería mi habitación oficial. No podía dejar de mirar su cabello moverse con cada paso que avanzábamos, su belleza era irreal, en mi mundo sería lo que llamaríamos perfección. Novikov no vino conmigo luego de la extraña información que su hermana le dio, salió de la mesa sin decir una palabra y le pidio a su hermana que me acompañara.

Me quedé un poco inquieta por no volver a hablar con él, su mirada se habia oscurecido por completo, y no me atrevía a preguntar.

Luego de unos largos minutos nos detuvimos frente a una puerta, Madia la empujó, entró y yo la seguí.

La boca casi se me cae de la impresión.

—Bienvenida a tu habitación —me dice la peli azul con aires de felicidad

—Uau..

Joder, era una habitación enorme, super espaciosa para como para que una sola persona se instalará en ella. Había una chimenea con leña ardiendo frente a una hermosa cama matrimonial con tallados en la cabecera, con sabanas blancas y negras. El techo era de cristales y mármol que brillaban en la oscuridad, pequeñas constelaciones se adueñaban del diseño. Mis pies giraron en el centro de la habitación mientras lo apreciaba.

Se me acaban las palabras.

Como parte de la construcción se extendía una balcón que daba al exterior.

Emocionada no perdí la oportunidad de acercarme corriendo las finas cortinas transparentes que ocultaban toda una vista al exterior.

Un reino completo.

Lo único que separa el castillo del pueblo, era el río que nos rodeaba y el bosque espeso.

—Es una vista hermosa —dice Madia a mí lado, la miró por un breve momento

—Si lo es —concuerdo— me será un poco difícil adaptarme. No encuentras belleza como está todos los días —ella ríe al escucharme y yo sonrío.

Más que eso, debo acostumbrarme a cada cosa que ocurra y sobrellevar lo nuevo. La peli azul se voltea a verme y sonríe.

—Te dejaré para que te acomodes y descanses —toca mi hombro

—Esta bien —asiento levemente mirándola

Sonríe y se marcha.

Después que cerrase la puerta, camino al interior de la habitación y le doy una breve mirada, suspirando de por medio.

Tantas cosas que van a cambiar. Pero mejor no pienso en el mañana ¿no?

Mis pies silencioso se mueven en la alfombras y me asomo en la puerta entreabierta que oculta el baño, con una bañera de mármol negro y una ducha incluida un poco más alejada, iluminado por velas aromáticas. El color de las llamas me resultaba característico. Enredaderas adornando las oscuras paredes le daban un aspecto arcaico pero lujoso.

Este lugar seguía impresionando.

No iba a quedarme parada solo observando. Lleve las manos detrás de mí espalda y safe los nudos de mi vestido para que caiga como remolino sobre mis pies descalzo. Todo mi cuerpo quedó al desnudo con sola la pequeña braga de encajes.

Príncipe Perverso [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora