Capítulo 42

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Bianca Miller

Ayer cuando escuche esas palabras de verdad creí que era la peor madre del mundo, deseaba tanto llevarlos, pero ese miedo, él que se entere de que están vivos y les pueda hacer algo me aterro.

En ese momento solo estaba tan centrada en lo que estaba pasado, era la primera vez que sucedía algo así y sin darme cuenta apreté el botón equivocado, él escuchó una parte de lo que paso, se preocupó y vino aun sabiendo que tendría aquella conversación con mi padre y trajo nuestros postres favoritos junto a juguetes para alegrar a nuestros niños, para alegarme a mí.

Y ahora iremos al zoológico, como no amar a este hombre que hace lo imposible por nuestra felicidad.

Subo a la habitación y veo como nuestros niños saltan de felicidad.

—Mami —dicen y corren a abrazarme.

—¿Les gusto las sorpresas del odioso entrometido? —toco sus narices.

—Siiiii — ellos me ven con esos ojitos llenos de brillo.

Comenzamos a buscar su ropa ambos quieren ir con las poleras que tienen de sus animales favoritos y yo busco unos shorts que combinen, ya que el día estará caluroso una vez mis pequeños listos armo la mochila con un cambio de ropa y lo necesario para su cuidado.

Luego de eso maquillo un poco mi rostro, busco un top blanco y un short negro, tomo los gorros para el sol y bajamos tomados de la mano.

Matteo nos mira atentamente hasta que llega a mí y puedo sentir esa mirada llena de deseo.

—Estamos listos odioso entrometido —dicen nuestros hijos y su mirada cambia.

Nos despedimos de mis padres, pero antes de salir tomo unas llaves seguramente vino en su deportivo y no iremos en el por qué las sillas de nuestros hijos quedarán muy ajustadas.

Ellos corren a la salida y yo los sigo, pero cuando veo el auto en la entrada me sorprendo.

—Creíste que iríamos un el deportivo —susurra a mi oído.

—Es verdad que tienes todo preparado.

—No sabes las ganas que tengo de tocarte justo como lo estoy imaginando —cambia de tema y siento como mis mejillas se calientan ya me imagino que pasa por su mente y después de todo tengo castigos pendientes —Joder, me pongo duro con solo mirarte —su mano desciende y aprieta mis una de mis nalgas lo que me hace saltar espero que nadie allá visto aquello.

—Recuerda que vamos de paseo familiar —él se aleja y me mira.

—Te ves hermosa sonrojada —sonríe juguetonamente —Ve a dejar esas llaves no las necesitaremos —comienza a caminar hacia mis niños y yo me adentro nuevamente a la casa.

Dejo las llaves y me calmo ese hombre me pone tan hormonal, ya lista vuelvo a salir para poner a mis hijos en sus sillitas, pero otra vez me sorprendo cuando veo que Matteo se ha encargado de eso y cuando termina me ve abre la puerta del coche para que pueda subir.

Una vez todos dentro del vehículo se pone en marcha y noto como dos autos más nos siguen deben ser los guardias, realmente él pensó en todo.

—Gracias —vuelvo a decir y lo miro.

—Quiero que disfruten de esta salida —sonríe y ve a mis hijos por el retrovisor.

—Mami, juguemos al veo veo —dicen.

—El odioso entrometido también puede jugar —dice mi estrellita y Matteo me ve confundido.

Le explico en que consiste y participa del juego, así nos pasamos todo el camino jugando y cantando sus canciones favoritas, mis hijos cada vez se dan más con su padre.

Eras todo lo que necesitaba [EN PAUSA]Where stories live. Discover now