Capítulo dieciocho: Call your mom ♥️

254 25 1
                                    

Marie Peters le había tenido miedo a la vida desde que era pequeña, tenía miedo de vivir y ser feliz, pero la verdad es que nadie terminaba de comprender el porqué, ni siquiera ella misma lo sabía. Y así fue como desde pequeña, la chica que le tenía miedo a la vida se quedó esperando lo único seguro y garantizado en la suya, su alma gemela, e irónicamente aquello fue lo que cambió todo y la razón por la que su miedo a vivir desapareció.

Porque Edward Miller era un caballero salido de un cuento de hadas, el problema es que se negaba a ser su caballero de blanca armadura, él no la quería y se lo había dejado claro desde el primer momento. Y Marie no dejaba de aferrarse a él, por miedo de abandonar la seguridad de lo conocido, y aunque parezca gracioso, el pensamiento que la impulsaba a luchar por su alma gemela, fue el mismo que le hizo darse cuenta que no tenía sentido seguir haciéndolo.

Porque si la persona que debería amarla y protegerla le rompía el corazón en cada ocasión que podía ¿Por qué el resto del mundo no lo haría? Ella comprendió que si salía al mundo y vivía su vida, las personas podrían lastimarla de la misma forma que Edward lo hacía en ese momento, pero la diferencia es que afuera en el mundo tal vez podría encontrar una persona que no la lastimará, haría amigos que se convertirían en familia, sería feliz sin necesidad del amor de alguien más para hacerlo. Comprendió que el resto del mundo le ofrecía algo que su alma gemela siempre se negó a ofrecer, le ofrecía la oportunidad de ser feliz, y aunque apenas tenía 16 años había decidido que aquel primer día de marzo, iba a ser el último que lloraría por un hombre, el último en el que le suplicaba a alguien por su amor, el último día en el que dejaría que Edward Miller pisoteara su corazón.

Pero él no era tonto, y apenas ella dejó de perseguirlo la quería de vuelta, porque nunca notas lo que tenía hasta que lo pierdes. Y a pesar de todo Marie le obsequió una oportunidad, porque le debía a la niña que había sido saber cómo era ser amada por su alma gemela al menos por un segundo, porque realmente ese fue el tiempo que duró todo, el tiempo en el que ambos pudieron amarse al mismo tiempo en el mismo lugar. Porque como siempre él lo arruinó y ella no podría perdonarse a sí misma si lo disculpaba nuevamente.

Y así fue como a los 18 años y con el corazón roto, Marie Peters empacó sus pertenencias más importantes en una maleta y se fue del único lugar que había conocido sin dar marcha atrás. Y ese fue el momento exacto en el que ella se sintió viva por primera vez en toda su vida, subida en ese avión que tenía como destino un lugar a millones de kilómetros de distancia de lo único que conocía, ella no podía dejar de temblar de la euforia y de la emoción. Y por esa misma razón fue que luego de pasar un año en la bella Italia, no pude evitar tomar otro avión para ir a España, y de allí a Francia, y así fue como se pasó el resto de su vida de un lugar a otro intentando ver todo lo que pudiera del mundo.

Así fue como terminó escalando el Monte Kilimanjaro en Tanzania a los 23 años, cuando a los 16 ni siquiera conocía la existencia del país, así fue como Marie Peters conoció a Ted Bones y cómo desde ese instante, no pudo apartar la mirada de él. Porque a pesar de que él no era su alma gemela, mientras más lo conocía más se convencía de que él era el amor de su vida. Porque tal vez tu alma gemela era una persona que encajaba perfectamente contigo, pero nada te garantiza que esa conexión duraba toda la vida, tal vez las almas gemelas no estaban destinadas a amarse durante toda la vida sino durante un instante que parecía eterno. La diferencia es que tu nunca podrías escoger a tu alma gemela, pero si quién sería el amor de tu vida, y ella decidió que Ted iba a ser esa persona sin importar que.

Porque si alguien se merecía ser el amor de su vida era Ted Bones, el dulce chico que amaba viajar tanto como a ella, que jamás había estado destinado a tener un alma gemela, tal vez porque su destino siempre fue ser el amor de la vida de Marie Peters. Él también la había amado desde el momento en que la vio, y se quedó a su lado a pesar de saber que a diferencia de él, ella sí tenía un alma gemela, porque tal vez su amor superaba cualquier cosa que el destino impusiera.

Invisible String - Baxter RadicWhere stories live. Discover now