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El labial de Charlie estaba por toda la cara de Thom, no había forma de negar lo que había pasado. La pelirroja soltó el cuello del chico rápidamente, sin saber bien qué decir.

— Te lo puedo explicar —dijo Charlie.

Clara miró a su amiga de arriba a abajo, intentando entender. Sabía que Thom le gustaba y que hacía rato que quería que pasara algo con él.

— No hace falta —murmuró Clara, sin poder creer lo que había visto.

— ¡Clara! —exclamó Charlie, mientras que la cocinera daba la vuelta y pasaba de Enzo volviendo a la reunión.

Charlie intentó seguir a Clara, pero Enzo la detuvo.

— Dejalo ahí —le dijo en español, sin saber si la pelirroja había entendido o no.

Thom intento explicarse, pero Enzo no manejaba tan bien el inglés, por lo que simplemente decidió ignorarlo. Los miro a los dos con desdén y entro en búsqueda de Clara.

Recorrió el lugar de la reunión, que no era más que una casa grande, dividida en habitaciones. Vio a Clara a la distancia, entrando en una de estas. Rápidamente la siguió, llegando justo al momento en que estaba cerrando la puerta.

— Clara, abrime —pidió él.

La puerta se abrió y el jugador paso, encontrándose con algo que era parecido a una cocina pero sin cocina. Había una heladera, una triste lamparita blanca alumbrando y bebidas desperdigadas por el lugar.

Clara sacó un vodka de la heladera y le dio un trago largo, casi que ahogándose con el mismo. Enzo le saco la botella de un tirón.

— No hagas eso —le pidió— No te vayas a poner así por un pelotudo.

— No me digas qué hacer.

Las manos de Clara temblaban, mientras intentaba sacarle la botella de la mano a Enzo, pero el jugador fue rápido y la esquivo rápidamente.

— ¿Qué haces?

— No te vas a poner en pedo POR UN INGLÉS —insistió Enzo, haciendo énfasis en lo último.

Los dos se cruzaron de brazos, desafiándose con la mirada. Entonces Clara se dio la vuelta, abrió la heladera y saco otra botella de vodka. La abrió de un manotazo y le dio un trago, que le hizo arder toda la garganta.

— Clara... —pidió Enzo, sacándole la nueva botella de la mano.

— Por favor, solo... necesito olvidar que esto pasó —se explicó ella.

Sin pensarlo, Enzo dejo las botellas sobre la mesada y tomo a Clara de la mano, sacándola del lugar. Ante la atenta mirada de todos, recorrieron el largo camino hasta la salida.

El clima frío inglés le pegó a Clara directo en el pecho, haciendo que su estado de ebriedad empeorará. Quizás no había sido buena idea tomar todo ese vodka.

El mundo le daba vueltas y Enzo le decía cosas mientras la arrastraba hasta el auto, pero ella apenas escuchaba. Por algún motivo, la situación le daba risa. No era la primera vez que alguien que le gustaba elegía a otra persona, ya era hasta patético.

— Clara, dame bola —pidió Enzo, abriendo la puerta del pasajero.

— Te doy toda la bola que quieras —dijo ella, sonriendo, aferrándose a la puerta para no caerse— Pero deberíamos conseguir más vodka.

Enzo se sonrojó ante lo primero, pero decidió ignorarlo. Clara no estaba en su estado natural, por lo que probablemente estuviera diciendo cosas de más.

𝓛𝓪 𝓬𝓸𝓬𝓲𝓷𝓮𝓻𝓪 | ᴇɴᴢᴏ ꜰᴇʀɴᴀɴᴅᴇᴢ | ᴄʜᴇʟꜱᴇᴀ ꜰ.ᴄ. | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora